Cruz Azul por su segunda Copa MX en cinco años

Por Dante Guerra

Esta noche se juega una final con dos maldiciones. Y una de ellas llegará a su término. Monterrey y Cruz Azul disputarán el trofeo de la Copa MX. La Máquina tiene la oportunidad de acabar con el oscuro verbo "cruzazulear", mientras que los Rayados buscarán por fin ganar un título en su nueva casa.

Tristemente Cruz Azul se ha vuelto experto en cajetearla en las finales, pero Adrián Aldrete asegura que el pasado ya no es relevante y que "las finales son para ganarse".

Aldrete luce confiado en que La Máquina levantará el trofeo esta noche, porque "regresamos a una final despues de mucho tiempo y es el resultado de mucho trabajo. Viene una prueba bastante buena, que a la vez es un premio por ser consistentes, así que hay que disfrutarla".

Tal vez no lo parezca, pero Monterrey tiene en contra una maldición: ha perdido dos finales en su nuevo estadio. En el Clausura 2016, ante el Pachuca. Y también en el Apertura 2017, frente a los Tigres.

Desde luego, los Regios querrán sacudirse esa malaria ante los cementeros. Sólo que Aldrete piensa lo contrario: "Sabemos que para coronarnos tenemos que volver a ganar de visitante y la verdad es que queremos ir a conquistar Monterrey para levantar esta Copa”.

Más allá de entusiasmos, en uno y otro bando, hay datos que resaltan para esta batalla copera. Por ejemplo, será un juego decisivo entre dos equipos que son subcampeonísimos.

Y es que tanto Cruz Azul como Monterrey han perdido, entre ambos diez finales de Liga en torneos cortos. Y el duelo no podía ser más parejo: cada uno lleva cinc o subcampeonatos.

Cruz Azul acumula cinco tropiezos en la Liga MX: Invierno 99, frente al Pachuca; la del Clausura 2008, contra Santos Laguna; aquella del Apertura 2008, perdida en Toluca; en el Apertura 2009 se las ganó el Monterrey; y la más dolorosa, del Clausura 2013, con el América.

Monterrey suma reveses de Liga ante: Pumas, en el Apertura 2004; luego frente a Toluca, en el Apertura 2005; con Santos cayó en el Clausura 2012; mientras que Pachuca lo despachó en el Clausura 2016; y Tigres le amargó la fiesta en el Apertura 2017.

Por tanto, cementeros y regios tienen la inmejorable oportunidad de acabar con sus respectivas maldiciones. Y sólo uno de ellos se sacudirá el salitre y beberá esta Copa. 

¿Por fin dejará La Máquina de cruzazulearla? o ¿Los Rayados lograrán coronarse en su nuevo estadio, luego de dos fracasos? 

Esta noche será la hora del nervio y del miedo. Pero mañana, sólo uno de los dos equipos será un alma en pena.