Deuda de sangre en prisión

11/01/2014 03:39 Arturo Ortiz Mayén Actualizada 22:58
 

Antes de morir, César Adán Hernández Saucedo le alcanzó a decir a su amigo, Mario, los nombres de los sujetos que lo atacaron.

Tirado en el piso del dormitorio 4, zona 2, estancia 211, del Penal de Santa Martha Acatitla, en Iztapalapa, César Adán le pidió a Mario, que se acercara y con gran dificultad le dijo: “El Beto y El Jimmy… ellos fueron”.

Cuando intentaba responderle, César Adán, de 30 años, convulsionó al tiempo que la palidez se apoderaba de su rostro.

Ese 12 de diciembre de 2013, mientras era trasladado al Hospital General de Iztapalapa, Hernández Saucedo, quien purgaba una condena por robo agravado, falleció debido a varias heridas provocadas por arma blanca.

A unos cuantos metros de ahí, El Beto y El Jimmy trataban de curarse las heridas que César Adán les alcanzó a hacer al defenderse.

Las de Roberto Jiménez Cervantes, alias El Beto, eran de consideración por lo que también fue llevado al mismo hospital donde fue certificada la muerte de su rival.

Pleito anunciado

El homicidio de César Adán era cuestión de tiempo. Desde hacía varios días, Roberto lo había amenazado de muerte por una deuda.

“O me pagas o ya verás”, solía decirle a solas o en presencia de otros reos del mismo dormitorio.

Adicto a la mariguana, César Adán agotaba de inmediato los escasos pesos que sus familiares le llevaban los días de visita o él mismo obtenía en prisión.

Para costear su adicción recurrió en varias ocasiones a El Beto, a quien no había podido pagarle lo que le adeudaba. Según la averiguación previa FIZP/H4/T2/0411/13-12, Mario, amigo de César escuchó en varias ocasiones cuando lo intimidaba.

“Días antes escuché cómo lo amenazaban, Adán no le pagaba y le daba largas, cada vez sus discusiones por eso subían de tono”, señaló.

Otro preso, Víctor Manuel Yépez, dijo que días antes del pleito que terminó con la muerte de Adán, la víctima buscó a Roberto para pedirle que “lo aguantara” con el dinero que le debía.

Su intento por llegar a un acuerdo fracasó pues Roberto lo golpeó amenazándolo de muerte una vez más: quería el dinero ya.

Fue el 12 de diciembre, día de La Virgen, que Roberto fue decidido a matar a Adán por la deuda que tenía. Discutieron hasta que El Beto sacó una punta con la que atacó a su rival.

Adán lo enfrentó e incluso logró herirlo con la misma arma punzocortante.

Otro reo contó a los agentes de Investigación, que mientras ambos se enfrentaban, llegó Alejandro Espinoza alias El Jimmy, para ayudar a El Beto.

Entre ambos picaron en varias ocasiones a César Adán dejándolo gravemente herido. Ningún custodio intervino.

Debido a los gritos generados por la pelea, Mario Lennin se percató que su amigo Adán había quedado herido. Al acercarse para atenderlo, alcanzó a escuchar de su boca el nombre de los agresores.

 

Roberto y El Jimmy, quienes purgaban condena por robo agravado, ahora enfrentan un nuevo proceso por homicidio calificado, por lo que podrían estar tras las rejas otros 20 años.

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