Es duro terminar una relación, para ambas partes. Con el rompimiento algunos sentimientos son heridos, surge la desilusión y la incomodidad. El dolor es inevitable.
Si planeas terminar, debes estar seguro de que tu deseo de romper es auténtico. Podría ser el reflejo de algo que no tiene que ver con la relación, por ejemplo, la frustración en el trabajo. Si estás decidido a terminar una relación, asumo que ya has probado diferentes soluciones a los problemas en la pareja. Cuando has dedicado suficiente tiempo a reflexionar sobre lo inevitable del rompimiento, sólo queda hacerlo de la mejor manera posible. A continuación encontrarás algunas ideas para manejar esta difícil situación.
Lo que debes evitar
Terminar la relación por teléfono o mensaje de texto. Hay quienes dan por terminada la relación con tan sólo cambiar su estatus en Facebook a “soltero”. No terminar cara a cara es signo de cobardía, es esconderse detrás de la tecnología para no enfrentar la incomodidad de la ruptura. Si no se tiene el valor para ver al otro a la cara, no se debe iniciar una relación en primer lugar.
Ser cruel. Sé tan respetuoso y afectuoso con el otro como cuando comenzó la relación, pues lo merece. Mencionar lo positivo que surgió del lazo que tenían contribuye a tu actitud respetuosa y realista. Después de todo, seguramente hubo buenos momentos.
Responsabilizar por entero al otro, o peor aún, culparlo. A menos que, en efecto, el otro haya tenido toda la responsabilidad —los celos enfermizos o el afán de control pueden volver loco a cualquiera— es muy probable que ambos compartan la responsabilidad por la disolución del vínculo afectivo.
Lo aconsejable
Tener pláticas previas a la ruptura. Conversar en varias ocasiones acerca de tu insatisfacción le da la oportunidad al otro de comprender tu sentir, y si así lo desea, contribuir a remediar los problemas. Trata los problemas conforme vayan surgiendo para evitar sorpresas.
Hablar claro. Debes estar preparado para dar razones por las que no te sientes a gusto en la relación. Expresa lo que te disgusta. Admite que otras personas podrían no tener problema con eso que te desagrada, pero tú sí. Asume la responsabilidad de lo que te agrada y de lo que no. Evita hacer acusaciones para defenderte.
Deja claro que la relación terminó. Evita la ambigüedad. Es cruel dar esperanzas al otro de que “quizás después” puedan estar juntos, “pero no ahora”. Hazle saber que no se trata de “darse un tiempo”. Al final de la conversación, debe estar claro para los dos que la relación acabó y cuáles son las razones por las que quieres terminar. Él/ella puede no estar de acuerdo con tus razones, o puede no gustarle tu decisión, pero no vivirá en la incertidumbre y, si hay algo que tenga que trabajar en su personalidad, sabrá qué es.
A nadie le gusta enfrentar una ruptura, pero hay que aceptar que, tarde o temprano, las relaciones llegan a su fin. Si estás en esta situación, asegúrate de actuar con respeto y dignidad.