Despiertan los Diablos tras vencer a los Sultanes, en el Harp Helú

Con veinticinco carreras encontra, el pitcheo de los Diablos Rojos se desmoronó en el último de la serie ante los Toros de Tijuana y en el primero contra Monterrey; debacle que la artillería escarlata superó a batazos para lograr una remontada heroica ante los regios.

Diez anotaciones sin respuesta, a partir de la séptima entrada del juego del viernes fueron suficiente dosis para el despertar del diablo.

“Todos nos pusimos las pilas y fue el premio a un gran esfuerzo como equipo. La entrega de mis compañeros y dejarlo todo en el terreno de juego fue clave, solo así pudimos remontar”, presumió Amador, quien definió esa batalla con un sencillo en en la novena.

Antes, en la fatídica entrada, Emmanuel Ávila se levantó de tres turnos en blanco para vaciar las almohadillas con un “Grand Slam” por el jardín central. “Así son las diabluras que debemos hacer para demostrar que no somos pequeños”, señaló el guardián de la tercera base.

Reconoció que hasta antes de ese batazo, la frustración los tenía tocados, “pero por eso es tan bonito el beisbol y te da oportunidades para sacar el bat”.

La fiesta escarlata continuó ayer, cuando los pingos vapulearon a los Sultanes 14-5, batalla en la que Ávila llegó a 14 vuelacercas y Amador produjo cinco anotaciones. Hoy es el tercero de la serie, a las 16 horas.