SEMANA DEL TERROR, DÍA 1
Aterradora monja se aparece en Catedral de Durango; aseguran que está maldita
La leyenda cuenta que una mujer se postra en lo alto del recinto, en la espera de su amado
(Foto: Cortesía Twitter)
El Día de Muertos se ha convertido en una fecha en la que el mundo entero reconoce las tradiciones mexicanas, no sólo por las ofrendas, alimentos y múltiples actividades que se ofrecen, sino por las historias que se encuentran en cada rincón de México.
Aunque algunas leyendas resultan agradables de escuchar, otras no tanto, y es que, mientras te cuentan detalle a detalle, los escalofríos empiezan a invadir cada centímetro de tu cuerpo, te paralizas por un segundo y comienzas a cuestionarte: “¿será?”.
Sin embargo, de eso se trata, de que los relatos pasen de una generación a otra, más allá de que exista credibilidad en ellos o no, e inmortalizar aquellos lugares que se han vuelto un adorno más para recordar a aquellos que “han dejado este mundo”.
Tal y como sucede con la Catedral de Durango, donde se dice que se aparece una monja; si bien algunos aseguran que se trata de un juego de sombras, anécdotas apuestan por la presencia de una mujer que viste su hábito color blanco y mirando hacia abajo.
El cronista Manuel Lozoya Cigarroa contaba que se trataba de Beatriz, una dama que vivió en el siglo XIX, durante la segunda intervención francesa en territorio azteca, y cuyos padres fallecieron, lo que la orilló a estar por su cuenta por un tiempo.
Hasta que una noche, un soldado francés lesionado tocó a su puerta y le pidió ayuda y refugio; ésto derivó en una historia de amor. No obstante, un día, su ejército se marchó y él también tuvo que hacerlo, aunque intentó regresar, fue asesinado.
Pero Beatriz no se enteró de lo acontecido y esperó por él por un largo tiempo; según relatan, cada noche subía a la parte más alta para apreciar su llegada. Sin embargo, una mañana hallaron su cuerpo afuera del templo tras haber caído de la torre.
Pese a que se desconocen los motivos de su muerte, su silueta se puede apreciar desde lo alto de la Catedral Basílica Menor de la Purísima Concepción, en el centro de Durango, principalmente, en las noches de Luna Llena.