El INAH presentó un dictamen de 22 cuartillas donde señala, entre otras cosas, que los daños irreversibles a la escultura cumbre de Manuel Tolsá están presentes en la mitad de la obra. Que el director del Fideicomiso del Centro Histórico, Inti Muñoz, y Alejandra Moreno Toscano, autoridad del Centro Histórico, hicieron todo mal y fuera de la normatividad. Que el restaurador, es un decir, Arturo Javier Marina Othón, no cuenta con cédula profesional y utilizó una técnica obsoleta desde hace 50 años.