Por mucho, desde la noche de El Grito, el presidente Enrique Peña Nieto vive los días más complicados de su carrera pública, y en la tragedia el país ha visto de qué está hecho el jefe del Estado.
Peña tiene capacidad ejecutiva; es práctico; ágil en la reacción (canceló la cena el domingo de El Grito y un viaje a Nueva York). Cada día visita escenarios de la catástrofe.