Hoy 19 de septiembre de 2013, México ha vuelto a reprobar la lección histórica. Los daños por el terremoto de 1985 hubieran sido menores, incluso en vidas, si la calidad de los materiales de construcción se hubieran apegado a lo proyectado originalmente en los planos de obra. Al menos 50 años de corrupción institucional fueron puestos en evidencia entonces.