Para algunos niños, volver a la escuela después de las vacaciones de verano es emocionante. Para otros, el regreso a clases los llena de ansiedad y preocupación. Esto sucede con los niños más pequeños, aunque los adolescentes no se salvan de experimentar cierta ansiedad. En general, el nerviosismo se debe a la novedad y la incertidumbre del nuevo ciclo escolar. No saben con qué se encontrarán, cómo serán sus compañeros de clase y su profesor.