La reforma energética de Enrique Peña Nieto tomó el sendero de los grandes cambios en México: la gradualidad. Y aún así, tiene ribetes de audacia, como es recuperar un texto de Lázaro Cárdenas, de hace 75 años; plasmar la figura del general en el discurso del Ejecutivo y en una campaña de publicidad, donde el gobierno federal es cardenista, aun cuando la izquierda lo acusa de privatizador.