Opinión

A raíz de la proliferación de las redes sociales, las celebridades lograron  crear sus propios canales de Youtube y, con propuestas creativas, se han metido en el gusto de la gente y lograron tener un ingreso que de menos a más ha sustituido, incluso, lo que ganaban por llamado o proyecto de televisión. 
Por ello, personajes como Yordi, Gustavo Adolfo Infante, entre otros, lo que menos quieren es salirse de plataformas como Youtube o Facebook, pues en ocasiones generan mucho más que lo que les puede pagar una empresa de comunicaciones. 

Muchas han sido las estrellas que han tomado ese camino y que a la menor provocación inventan algo para hacer su propio medio y montarse a hacer entrevistas y, poco a poco, meterse en el mercado; sin embargo, se quedan los que logran con paciencia, dedicación, atender a esa audiencia y los que estudian los hábitos de su mercado o se dejan llevar por los que saben. 
 Sin embargo, como no todo es miel sobre hojuelas, también hay uno que otro “empresario digital” que se le olvida entregar cuentas a sus asociados y que decepciona a los generadores de contenido. Como Morita Digital, encabezado por César Mora, a quien ya se le están acumulando las broncas por no dar resultados financieros eficientes de sus clientes que, por cierto, están abandonando el barco luego de tener puros pretextos del “empresario digital”, quien argumenta que tiene problemas con las trasnacionales Youtube y Facebook y  no puede pagarles. 
 
El noble negocio de la comercialización de los contenidos, en plataformas digitales,   es una veta importante que nadie quiere soltar; muchos famosos han terminado de comprar sus casas y comenzado  a comprar otras más, es una cueva de oro interminable, pero como en muchas historias, puede tener un buen motivo para pillaje. 

 
ME COMENTAN QUE LA SORPRENDENTE RECONCILIACIÓN entre Luis Enrique Guzmán y su exmujer Mayela Laguna se dio en un clima hostil y de presión, pues lo que menos quieren que salga a los medios es lo que pasa al interior de la familia Pinal, tema del que Mayela estaría dispuesta a hablar con quien sea, con tal de estar cerca de su hijo Apolo. 
El incendiario caso ha entrado fuertemente a los programas de chismes de espectáculos, que están privilegiando una historia que, más allá del drama familiar, sólo está devaluando sus propios espacios, pues ni Luis Enrique, ni Mayela tienen los méritos suficientes para ocuparlos. 
Esto es claramente el ocaso de los programas de espectáculos y el resurgimiento de la telerrealidad. Nos leemos la próxima semana, aquí donde quizá hablemos de ti.