LENTA REACCIÓN
Tarde pero sin sueño, es como le entra el Gobierno de la Ciudad de México a la reglamentación de las motos eléctricas que son vendidas como “bicicletas eléctricas”, pese a las velocidades que alcanzan. Ahora que la ciudad ya está plagada de estos vehículos —que conducen incluso niños—, las autoridades se dieron cuenta de que por sus características deben usar carriles para autos y no ciclovías, que los usuarios deben usar cascos e, incluso, hay quien considera que estas unidades deben estar emplacadas. Una reacción tardía, pero al fin se buscará regularlas.
LA MISMA HISTORIA
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Hace unos años, dos jóvenes murieron al caer en una coladera abierta en las inmediaciones del Palacio de los Deportes, en la alcaldía Iztacalco, cuando iban a un concierto. Ayer, un turista estadounidense que viajó por trabajo a la Ciudad de México cayó en una coladera con la tapa mal puesta frente a la Alameda Central, y resultó herido; pasó en pleno corredor turístico. Cuando las jóvenes murieron, el gobierno argumentó que los delincuentes provocaban estos accidentes porque se robaban las tapas de hierro para venderlas. La coladera de ayer era de plástico y no hay ladrones a quienes culpar, se debe señalar a los funcionarios que no hacen su trabajo.
NADA PARA LA AMBICIÓN
Siempre hay formas. Si en algo son expertos los políticos es en evadir las leyes, reglamentos o cláusulas y eso lo han demostrado siempre. La reciente iniciativa enviada por la presidenta Claudia Sheinbaum para evitar el nepotismo no será impedimento para seguir heredando el poder, y ni siquiera los candados, que según se pondrán en los partidos, podrían detener la ambición disfrazada de servicio público de algunos, principalmente de las familias morenistas que han hecho de los estados sus feudos.