El escándalo entre se ha convertido en un festín para los carroñeros del espectáculo. La filtración de información en algunos medios digitales sugiere que alguien dentro del caso está decidido a destruir la imagen pública de Imelda Tuñón, nuera de Maribel.

Es especialmente llamativo el que han salido a la luz, todos con la clara intención de perjudicar a Imelda. Personajes que nunca se han distinguido por obtener exclusivas, y que han vivido del escándalo, han aprovechado esta situación como plataforma para exhibir la vida privada de la joven actriz. Aunque el proceso legal se ha manejado con discreción, su impacto es innegable y no se descarta una lluvia de demandas contra quienes han divulgado esta información.

La firme defensa de Maribel en los medios, sumada a los comentarios en su contra en redes sociales y las supuestas adicciones de Imelda, ha generado un debate que pone en entredicho a ambas partes. En este momento, la prioridad debería ser el bienestar del menor y la posibilidad de llegar a un acuerdo, eso si es que no hay otros temas de fondo.

Otro aspecto preocupante es la intromisión de voces ajenas a la familia que, bajo el pretexto de su amistad con Maribel, han emitido comentarios deplorables sobre la madre de su nieto.

Lejos de ayudar, estas declaraciones solo alimentan la desconfianza y restan credibilidad a la posición de la actriz.

Recientemente, Olivia Collins se sumó a la controversia con un tono carente de empatía, atacando a la nuera de Maribel y justificando sus acciones. Incluso, lanzó una advertencia asegurando que quienes apoyen a la contraparte se arrepentirán.

Ni Collins ni quienes han opinado parecen comprender que cada una de sus declaraciones quedará para siempre en la red. En algún momento, cuando las víctimas busquen respuestas, estos testimonios seguirán ahí, evidenciando posturas que no contribuyen al bienestar del menor.

Paradójicamente, si la intención de Maribel es proteger a su nieto, lo más sensato sería que sus allegados optarán por la discreción, en lugar de avivar un conflicto que, a la larga, dejará una huella imborrable en todos los involucrados.

Quienes se han dedicado a difundir ataques disfrazados de “secretos” parecen más interesados en legitimar una postura, que en buscar una solución. Al final, solo terminan desempeñando el papel de chismólogos oportunistas que se cuelgan de un escándalo para atraer atención.

Nos leemos la próxima semana aquí, donde quizá hablemos de ti.

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