En el mundo del entretenimiento, los fenómenos virales aparecen y desaparecen más rápido que un chisme en redes sociales. Y ahora, el nombre que está en boca de todos es Macario Martínez, un joven que pasó de ser recolector de basura a la nueva promesa de la música. ¿Cómo? Con un video de minuto y medio en el que cantó ‘Sueña lindo, corazón’, acumulando más de 32 millones de reproducciones.
Lo que parecía una caricia del destino se convirtió en un trampolín para los festivales más importantes del país: Vive Latino y Pal’ Norte ya lo tienen en su cartel.
Pero con la fama viene el golpe de realidad, y Macario ya está probando que el mundo del entretenimiento no es solo luces y aplausos. Su relación con la prensa no es la mejor, se rodea de gente que, como él, no conoce el medio. Lo cual es comprensible: ayer era un desconocido, y hoy es estrella en ascenso. Y si no aprende rápido, la misma industria que lo encumbró podría devorarlo sin piedad.
Lee también: Salen detalles de las presuntas agresiones que sufrió Alicia Villarreal a manos de Cruz Martínez
Y aquí es donde entran los tiburones. Me cuentan que hay una fila de managers rodeándolo, listos para ‘rescatarlo’, aunque todos sabemos que en este negocio muchos de estos ‘salvadores’ terminan siendo saqueadores.
Ojalá tenga la inteligencia (o al menos la suerte) de rodearse de gente que lo cuide y no lo desplume. Porque talento hay, pero en este medio eso no basta. Si no saca más música y mantiene el ritmo, en unos meses podría ser solo otro fenómeno fugaz.
A PESAR DE QUE el documental sobre la vida de Juan Gabriel ya fue anunciado con bombo y platillo como una gran producción de Netflix, la realidad es que aún no está terminado. Siguen buscando material, no solo para recordar los momentos más icónicos de ‘El Divo de Juárez’, sino para construir una imagen más “familiar” y cercana del artista.
Me comentan que la producción del documental sigue rastreando entrevistas e, incluso, está buscando abiertamente a gente que pueda proveer material para acabar el documental.
Y es que, aunque su relación con la familia tuvo momentos… digamos, cuestionables, el objetivo es que el público se identifique con su heredero, Iván Aguilera, y termine viéndolo con mejores ojos.
Aguilera nunca pidió ser el heredero del imperio musical ni estar bajo la lupa de los medios, pero la vida no pregunta, y él terminó con un título que muchos matarían por tener: el hijo de ‘El Divo’.
El problema es que aún falta material para completar el documental. Y si alguien tiene las piezas clave, es Jesús Salas, cuñado del cantante, quien dejó como herencia gran parte de los videos y artículos personales de Juan Gabriel a Guillermo Pous, quien durante años administró el patrimonio del cantautor y conoce al dedillo cada archivo, cada secreto y, probablemente, hasta las recetas favoritas de ‘El Divo’.
Sin embargo, hay quienes aseguran que la historia real de Juan Gabriel va mucho más allá de lo que Netflix está dispuesto a mostrar. Porque sí, fue una estrella, pero en la sombra de los grandes siempre hay verdades que podrían cambiar la narrativa. Nos leemos la próxima, aquí donde quizá hablemos de ti.