Seguir un auto nunca le había pasado a Othón, quien lleva, de acuerdo con su historia, 25 años como

“Un hombre me hizo la parada a la altura de la estación del metro Gómez Farías, iba muy nervioso. ‘’, y le respondí que mientras no sea dinero, estaba dispuesto.

“Se quedó viendo fijamente adelante y me contó: ‘No desconfíe, mire, el auto rojo de adelante es de mi socio, pero siento que me está jugando chueco’. Le pregunté de qué era su empresa y supe que eran broquers de hospitales, intermediarios entre pacientes y servicios médicos privados.

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“Y me contó que tres meses atrás su socio había dejado de traer clientes y dice que no hay, ‘pero hace unos días me llamó un cliente que se quejó de la mala atención en un hospital, donde mi socio lo había llevado’, me confió.

“Total, fuimos detrás de ese coche y ahí mi pasajero confirmó sus sospechas, pues su socio se detuvo fuera de un hospital privado y ayudó a ingresar a una persona. Le tomó fotos y me pidió que lo regresara. ‘Eso no se vale, es traición, con esta evidencia voy a romper la sociedad, porque tenemos ocho años juntos y no sé desde cuándo me traiciona’.

“La verdad, eso que me ocurrió es muy raro, pero son de las situaciones que vivimos los taxistas todos los días”. Si deseas ver publicada tu historia en este espacio, manda un correo a rrodolfo68@yahoo.com.mx

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