En un botón rojo dentro de una caja metálica en los postes de las cámaras de videovigilancia está la oportunidad de recibir ayuda inmediata ante emergencias, urgencias o situaciones de tentativas delictivas.
De ahí la importancia de un uso adecuado. No son un elemento para bromear ni se trata del timbre de la casa que tocan y se echan a correr.
Tan solo entre el año pasado y lo que va de este 2025, en una cuarta parte de los registros de llamadas a través de los botones de auxilio del C5 de la Ciudad de México las o los usuarios no contestaron.
¿Broma? ¿Equivocación? Sea una u otra razón, lo cierto es que hay una distracción de recursos humanos y tecnológicos que pueden servir en verdaderas emergencias. Las alcaldías donde lidera el mal uso de botones son Coyoacán, Cuajimalpa y Magdalena Contreras.
La eficacia en la atención de emergencia y activación de medidas de seguridad depende no solo de la capacidad de las autoridades, también de la responsabilidad ciudadana. Una mala comprensión de los valores cívicos pone en riesgo la capacidad operativa de unidades policiales, prehospitalarias o de atención de siniestros.
¡Ponte al tiro! El Código Penal para la CDMX castiga hasta con dos años de cárcel a quien haga uso indebido de servicios de emergencia, ya sea en las líneas como el 9-1-1 o botones de auxilio. Pero si ves un botón en mal estado, repórtalo a nuestras redes sociales.
Y si necesitas ayuda, no dudes en usarlo. La respuesta es inmediata y en menos de cuatro minutos, si es necesario, llega una patrulla.
@guerrerochipres