Si tienen de ver esta miniserie británica, ¡háganlo! No lo duden porque la sociedad necesita urgentemente de estas reflexiones. Y si son papás, más. Y más si son padres de adolescentes como su servidor.

Saben que en este espacio generalmente se escribe de música, pero ‘Adolescence’ (serie de Jack Thorne y Stephen Graham para Netflix, dirigida por Philip Barantini) nos hace tomar un respiro de nuestras actividades habituales para cuestionarnos y poner el dedo en la llaga con su durísima historia, sus actuaciones poderosas, increíbles planos secuencia y titánica producción.

Este drama criminal aborda el caso de Jamie Miller (Owen Cooper), un jovencito de 13 años acusado de asesinar a su compañera de clase.

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Su padre Eddie Miller (Ste- phen Graham, también responsable de la serie) pasará por la encrucijada de su vida al tratar de entender la dura situación que atormenta a toda su familia de un momento a otro, a la policía de su localidad y a una terapeuta (Erin Doherty), todo ello en cuatro capítulos dolorosos.

Grabado en plano secuencia cada capítulo, es decir que en todo el episodio no hay cortes de toma sino una sola grabación que nos hace sentir que todo pasa en tiempo real (lo cual evidentemente requirió de meses de preparación), la historia nos hace reflexionar si nuestro papel como padres ha sido suficiente o no, donde la tecnología, las redes sociales, han entrado hasta la intimidad de nuestros hogares manipulándonos a su antojo.

El primer capítulo se centra en la detención del joven acusado de asesinato, ese momento en el que la vida voltea de cabeza a todo tu entorno; el segundo nos muestra la escuela de Jamie, donde los agentes tratarán de encontrar el arma homicida, algunos testigos y más involucrados en el caso.

El tercer capítulo y uno de los mejores episodios que se recuerden en la televisión, es ese diálogo tan visceral entre la terapeuta y el adolescente, que mostrará el rostro verdadero del joven, sus miedos, traumas y emociones; y el cuarto, un zoom a la familia, en el que se envía un gran mensaje para todos los papás, para todos los neuróticos, para todos los que, de alguna manera, podemos hacer más por nuestros hijos y por nosotros mismos. Porque nunca es suficiente. Siempre hay una manera de dar más por los nuestros, conocer más a fondo sus inquietudes, sus sueños, sus anhelos, sus frustraciones. En verdad que vale la pena hacer más en estos tiempos tan convulsos, levantarnos de la lona y seguir mejorando. El mundo está necesitado de ello. Corran a ver la serie del año.

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