Fuimos al tercer concierto de en el Estadio GNP, ese donde no hubo lluvia ni salió dos horas tarde. Todo lo contrario, el show se realizó bajo un clima inmejorable, y todo se acomodó para que la colombiana diera un señor concierto, parte de su ‘Las Mujeres Ya No Lloran World Tour’. Con este espectáculo, Shakira pone la vara muy alta para sus homólogos del pop.

Hace ver chiquitos a otros artistas con su enorme en la que se nota profesionalismo y mucha pasión en cada detalle y se coloca entre los shows más imponentes del mundo, en las ligas mayores junto a los Dioses del Olimpo Pop.

Todo encaja a la perfección en el universo de Shakira: músicos, bailarines, iluminación, interacción, visuales, donde hay pop, bachata, reggaetón, pop rock y baladas fulminantes a guitarra acústica y voz, con las que conocimos a la creadora de 'Inevitable' en los años 90 del siglo pasado.

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En ese universo hay mensajes de empoderamiento, hilo conductor en el que se desarrolla todo el espectáculo y que le ha servido a la cantante para romper récords (como los siete conciertos de filo en el Estadio GNP, al que se le acaba de sumar uno más para el 29 de agosto) y facturar, como dice la rola que hizo con Bzrp.

“Una loba como yo no está pa' tipos como tú uh uh uh uh”, aulló Shakira para cerrar su catarsis luego de más de dos horas de éxitos, ese aullido sigue resonando entre sus fans, quienes a lo largo del concierto se desahogaron entre canción y canción.

Al entrar al estadio hay gente del staff que entrega a cada asistente una pulsera blanca que parece insignificante pero que tomará mucho valor más tarde pues en cada una de las canciones estas 65 mil pulseras se encenderán de diferentes colores y ritmos, haciendo brillar y palpitar al GNP con los beats del show.

Simplemente espectacular el resultado, tanto por el lado visual, como por la interacción con el público. Shakira quiere hacer sentir a los asistentes parte de su show.

Desde su entrada al escenario, caminando por un pasillo entre el público, en una comitiva que la integran tanto sus propios bailarines como algunos fans previamente seleccionados que se llevarán esa experiencia para el resto de sus vidas.

Se sabe que en el terreno personal, Shakira la ha padecido muy duro y quedó en evidencia ante todos. Desde lo más profundo, la colombiana se levanta y entrega el espectáculo de su vida, pone la vara en lo más alto de cómo hacer un concierto, de como entregarse a la música y a su legado, y logra que su aullido suene poderoso y feroz.

ENCORE. Quienes también regresan al GNP tras hacer la hazaña de llenarlo tres veces es Panteón Rococó, el próximo 27 y 28 de noviembre próximo.

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