Opinión

Terror en el Palenque

Gil Barrera

OPINIÓN 17/04/2022 19:41 Gil Barrera Actualizada 19:41

Desde la semana pasada, la Feria de Texcoco abrió sus puertas para recibir a más de 50 mil asistentes diarios y así continuar con la tradicional Feria del Caballo, hecho que reactivará la economía de la región tras dos años de estar   colapsados. 
La tradicional fiesta familiar establecida ‘formalmente’ en los años cuarenta, es una de las plataformas artísticas más sólidas de este país. 
Por el palenque han pasado las grandes estrellas de la música y albergan a cerca de cinco mil personas que están dispuestas a aplaudir a sus estrellas favoritas en un ambiente sano, o al menos eso parecía, pues hace algunos días una pareja asistente sufrió los excesos del equipo de ‘seguridad’ de dicho recinto.
Los hechos ocurrieron en la presentación de Edith Márquez, una pareja ubicada en las primeras filas se quejó de que uno de los trabajadores no dejaba de ver el interior de su su cartera, pretexto suficiente para ‘picudearse’ con ellos y que estos pidieran  la intervención de ‘seguridad’ para sacarlos del recinto. Ni tardos, ni perezosos, los ‘gorilas’ —disculpando a los primates— , sin táctica y al chilazo, se llevaron a la pareja —no mayor de 26 años— con rumbo a los túneles del recinto.
La pareja opuso resistencia al no tener una explicación de por qué los sacaban, lo que incrementó la agresividad de los “elementos de seguridad” y con patadas, golpes bajos y codazos trataron de explicar ‘sus motivos’.

 
La vergonzosa evacuación cada vez se tornó más violenta y por más que la chica suplicaba que la dejaran de toquetear y ya no le pegaran a sus acompañante, los ‘elementos’ arremetieron contra ellos hasta lanzarlos del recinto.
Una vez fuera, la pareja decidió no interponer denuncia por miedo a las represalias.
Los elementos de seguridad del Palenque de Texcoco deben ser a prueba de todo, tener protocolo y dejar de ser una tribu de sacaborrachos. Su estrategia de terror solo ahuyenta a un público que está dispuesto a ir para divertirse con seguridad y no a lidiar con ‘gorilas’ –disculpándome una vez más con los primates—.
El palenque está operado por la familia Cortés y Armando Dávila, experimentados empresarios que siempre cuidan los detalles, pero al contratar gente sin preparación, es evidente que se puede presentar una desgracia de mayores proporciones o quizá ya se presentó y ninguno de los picudos ni enterados están. 
De nada sirve tener un gran cartel (artístico), si el abuso y la prepotencia domina este recinto. 
Nos leemos la próxima, aquí donde quizá hablemos de ti. 

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