Hacía tres años que Claudia y Marcos tomaron la difícil decisión de ceder la guarda y custodia de su hijo Ian a su abuela paterna, doña Celia.
Entre los últimos semestres de sus carreras universitarias y sus empleos, disponían de poco tiempo para acompañar a Ian en su etapa de alumno de preescolar y llegaban a recoger a casa de doña Celia a Ian, cuando ya estaba dormido.
Ante la imposibilidad de ausentarse de la escuela y trabajo, decidieron cederle en aquel entonces la guarda y custodia del niño.
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Lo hicieron mediante un convenio de mediación familiar en el Centro de Justicia Alternativa (CJA) del Poder Judicial de la Ciudad de México (Niños Héroes 133, colonia Doctores, alcaldía Cuauhtémoc), gratuitamente, sin necesidad de abogados y con la firma de un documento cuya fuerza legal es de una sentencia.
Con el paso del tiempo, Claudia y Marcos pensaron en retomar su guarda, porque ya tenían trabajo estable y el menor iba en la primaria.
Le dijeron a Doña Celia su deseo de volver a ejercer la guarda y custodia de Ian. Se desencajó con la noticia, pero le aseguraron que su relación con su nieto sería igual.
Los padres de Ian se encargaron de hacer una cita en el CJA, a fin de modificar el acuerdo de mediación familiar firmado.
Bastaron no más de 20 minutos para que en la sesión, guiada por el mediador familiar, se estipulara la revocación de la guarda y custodia a favor de doña Celia, y se retomara por Claudia y Marcos.
Una vez que los tres estamparon su firma en el convenio, los padres de Ian agradecieron el apoyo incondicional de doña Celia en los momentos más duros de la culminación de sus carreras y sus primeros pasos en el ámbito laboral.