María quiso mantener el apoyo que les daba a sus hijos arrendándoles unos locales a un precio simbólico, pero su situación complicada la obligó a replantear esa situación.

María crio sola a sus hijos, es jubilada y dueña de una casa con dos locales que hace mucho les rentó en mil pesos mensuales a cada uno. José puso una Hugo, una cafetería.

La carestía y la inflación volvió irrisorio el alquiler y ella les habló de subir la renta; a ninguno le pareció.

Lee también:

En vano fueron los intentos, hasta que María se enteró del servicio de mediación civil que se brinda en el Centro de Justicia Alternativa (CJA) del Poder Judicial de la Ciudad de México (Niños Héroes 133, colonia Doctores, alcaldía Cuauhtémoc), al que acudió, y donde le dijeron que el diferendo era susceptible de solucionarse con un convenio.

Se abrió el diálogo en dos vertientes: aumentar el arrendamiento o la entrega y desocupación.

María expresó que ya era tiempo de que le ayudarán a ella; además, comentó que varias personas estaban dispuestas a pagar por los locales entre ocho y 10 mil pesos.

Los hermanos reconocieron que el tiempo de ayuda de mamá había terminado. José, el de los abarrotes, se dijo dispuesto a pagar más de renta y Hugo prefería entregar el local, pues su negocio había decaído.

Al final, en el convenio se estableció que José pagaría seis mil pesos de renta mensuales, con un incremento anual acorde a la inflación por un plazo de tres años y Hugo desocuparía el local en un plazo de un mes.

Así, María e hijos zanjaron su diferendo, mediante la firma de sendos de convenios de mediación, cuya fuerza legal es la de una sentencia.

Google News

TEMAS RELACIONADOS