Daniel, músico de necesitó comprar unos instrumentos musicales, pues con los que contaba ya fallaban. Se animó a pedir dinero prestado a Ramiro, el baterista del grupo en el que tocaban, quien le prestó 50 mil pesos, con la advertencia de que se trataba de los ahorros de su esposa para su titulación, y por los que le hizo firmar un pagaré que fijaba el plazo de dos meses para liquidarlos.

Con los eventos ya agendados, Daniel pensó que el dinero caería en su cartera seguro para pagar a Ramiro. Sin embargo, la cancelación de varios lo puso en aprietos y no pudo pagarle a su compañero.

Aun así, Ramiro le concedió dos meses más, pero tampoco pudo cumplir su promesa de pago. Por ello, Daniel fue demandado por la vía civil, con la intención de embargarle los instrumentos.

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Al inicio del juicio, Daniel y Ramiro fueron conminados por la autoridad para que trataran de arreglar su controversia vía el servicio de mediación civil que presta el Centro de Justicia Alternativa (CJA), ubicado en Niños Héroes 133, colonia Doctores alcaldía Cuauhtémoc, y que dependen del Poder Judicial de la Ciudad de México.

En primera instancia, quedó establecido el reconocimiento del adeudo, y ya en el convenio, las partes acordaron el pago.

Al momento de la firma del convenio, los músicos mencionaron que, de no haber conocido el procedimiento de mediación, seguirían inmersos en un juicio más largo y costoso.

Tras la firma del convenio de mediación, se informó al juez civil el contenido del convenio y lograron dar por terminado el juicio.

Daniel y Ramiro siguieron siendo amigos y tocando juntos en el grupo al mismo ritmo.

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