Por Irma Gallo
Como mamá, y también para escribir esta columna, siempre estoy en la búsqueda de material que me sirva de apoyo para comprender más a mi hija, y si además me ayuda a que resolvamos juntas dudas sobre su sexualidad, su cuerpo, derechos y obligaciones para con los demás, mejor.
El primer encuentro. En esta búsqueda llegó a mí #AmigaDateCuenta. Guía para la vida, un libro escrito por Plaqueta (Tamara de Anda) e ilustrado por Andonella (Andrea Arsuaga Alfaro). Lo primero que me llamó la atención fueron las ilustraciones de la portada, y que las letras del título tuvieran glitter. Aunque, de entrada, mis prejuicios intentaron imponerse y pensé “¿glitter? ha de ser una babosada”.
Afortunadamente, me di la oportunidad de abrirlo y ¿con qué creen que me encontré en la primera página que escogí al azar?
Con una hoja que dice: “Ojalá un libro como este no tuviera que existir. Sería maravilloso que el género no fuera un sistema de opresión, que nadie excluyera a nadie por su color de piel ni por su origen étnico, que el gobierno y la iglesia no tuvieran injerencia sobre nuestros cuerpos, que impartieran clases de educación sexual realista e incluyente, que se acabara la violencia relacionada con el narcotráfico, que se terminaran los estigmas contra las personas neurodivergentes, que ir a la escuela no fuera un privilegio, sino un derecho, que pudiéramos amar a quien nos diera la gana”.
Después me puse a hojear el libro. Lo que encontré me encantó, al punto que busqué a la autora, Plaqueta (Tamara de Anda), para pedirle una entrevista y comentar con ustedes lo que me dijo.
Escribir lo que me hubiera gustado leer cuando tenía 10, 12, 14 años… o hace rato
Cuando conoció a Andonella, la ilustradora, Plaqueta se sintió identificada con ella porque ambas querían escribir sobre el tema del acoso. Luego, pensaron que podrían hacer algo más amplio: “Me había dado cuenta de que en el mundo editorial no existía un libro que le hablara a las adolescentes de forma libre de prejuicios, de forma no condescendiente, y nos reunimos a hacer un índice de todo lo que nos hubiera encantado saber cuando teníamos 10, 15 años”.
¿Y cuáles son esos temas? Ufff, la lista es larga. Va desde alimentación y trastornos alimenticios, hasta relaciones sexuales (orgasmo, himen, masturbación, incluyendo, por supuesto, métodos para protegerse de embarazos y ETS, pero también otras maneras de vivir la sexualidad); el bullying, el feminismo, la sororidad (solidaridad entre mujeres), la friendzone, las drogas, el alcohol, hacer sexting de forma segura, las fiestas, cómo elegir tu primer brassiere, el derecho a decir “no” y hasta el mito del amor romántico.
Sobre este último, me dijo Plaqueta: “Es una narrativa que nos imponen desde el día uno a través de los cuentos, de las películas, de las telenovelas, de las canciones, de los libros que leemos, y es muy tóxico. Nos parecía muy importante explicar que eso que sientes cuando estás loca por alguien, ¡aguanta!, es una recompensa en la parte más primitiva de tu cerebro, no quiere decir que eso sea al amor, aunque toda esta narrativa del amor romántico nos lo ha hecho creer. Además, tenemos una serie de comportamientos normalizados como la posesividad, el estarse peleando todo el tiempo, los celos. Los celos no son normales. No son bonitos, no son románticos, no son chidos”.
Sse explican conceptos del feminismo como ‘patriarcado’ ‘heteronormativo’ o ‘micromachismos’. Al respecto, Plaqueta me dijo: “No es un libro sobre feminismo, aunque sí hablamos del tema porque para nosotras han sido herramientas para enfrentar el mundo que nos has servido de maravilla”.
Mi conclusión después de leerlo y de platicar con su autora. Creo que, independientemente de nuestra religión y creencias, informar a nuestras hijas adolescentes sobre todos estos temas es, en esta época, cuestión de vida o muerte. Van un par de ejemplos: 1) una chica que cree en el mito del amor romántico, conoce a un chico, se enamora de él al punto de seguirlo a donde sea, y éste resulta ser un tratante que la obliga a prostituirse; 2) una chica que no sabe que existe el condón femenino tiene relaciones sexuales por primera vez y el chico no quiere usar condón. El resultado puede ser que ella se embarace o se contagie de una ETS.