Por Irma Gallo
Es muy probable que para estos momentos ya tengan listos sus regalos de Reyes, papás y mamás, pero nunca es tarde para una reflexión sobre lo que significa para los niños esperar a que lleguen los Reyes, después de todo un año de esperarlos.
No se asusten: no me voy a meter con las tradiciones familiares. Cada quien decide si quiere que sus hijos crezcan con esta ilusión; sin embargo, sí es importante mantener un margen de negociación con ellos con respecto a lo que van a recibir. (Cosa que es muy difícil de hacer si creen que quien da los regalos es Santa o Los Reyes Magos).
Enseñarles que existe la frustración
Para empezar, no hay que hacerles creer que si se portan bien recibirán todo lo que pidieron porque el mensaje que les estamos dando es que así será siempre el resto de sus vidas. Esto, lo sabemos de sobra los adultos, no sucede así: muchas veces, por más que obedezcamos las reglas, que trabajemos duro por un objetivo, no lo podremos conseguir.
Y aquí abro un paréntesis para contarles una anécdota que creo que ilustra muy bien esta situación: siempre voy a recordar cuánto anhelé, cuando era niña, ir a pasar la Navidad en un lugar en el que nevara, de preferencia en Europa. Pero desde que mi hermana y yo estábamos pequeñas mis papás tomaron la decisión de decirnos que no había ni Santa Claus ni Reyes Magos. Así que muy pronto mi papá me dejó muy en claro que mi deseo era, para las circunstancias de mi familia, imposible —él era profesor de Historia en un CCH y mi mamá tenía algunos trabajos eventuales como actriz, pero sobre todo se dedicaba al hogar y a cuidarnos—.
La primera vez que fui a Europa tenía 22 años, y aunque mis papás me apoyaron lo logré sobre todo por mis propios medios. Nunca lo olvidaré.
La regla de los 4 regalos
No es nueva, pero sí es muy útil y tiene sentido. Por eso mi sugerencia es que la pongan en práctica, por lo menos este año. Con base en la experiencia que tengan, ya decidirán si la aplican otra vez el año próximo. Consiste en darles sólo cuatro regalos a nuestros hijos, siguiendo esta lógica:
Algo para usar
Sí, ya sé que a los niños no les entusiasma que les regalen ropa o zapatos, pero ni modo. Es importante que sepan que los regalos también deben ser útiles y cubrir necesidades reales.
Algo para leer
De nosotros depende que nuestros hijos adquieran el hábito de la lectura, que no sólo les proporcionará placer y entretenimiento, sino que también les dará conocimientos, les ayudará a mejorar su concentración y su ortografía, así como a ampliar su vocabulario.
Algo que de verdad deseen
Sí, ese videojuego, esa muñeca, ese Lego, esa bicicleta, también deben tener su lugar en el árbol de Navidad para hacerlos felices.
Algo que necesiten
Además de ropa o zapatos, que ya mencionamos en el primer punto.