PIDE AYUDA A LAS AUTORIDADES
En Querétaro temen inundaciones y deslaves, tras lluvias
Cada que llueve, vecinos de Menchaca tienen que lidiar con el agua que baja del cerro
Ricardo Lugo, El Gráfico
Domingo Valdez
Todos los años ocurre lo mismo. Los habitantes de la colonia Menchaca I y Menchaca III tienen que lidiar con las corrientes de agua e inundaciones. Sin embargo, cuando las aguas de las precipitaciones ceden, son las del drenaje la que salen por las coladeras. Los restos de ramas, piedras y basura abundan en la calle Río Culiacán, de Menchaca I, donde una corriente de agua desciende, haciendo imposible, sin ayuda, el paso a pie de los vecinos.
En las calles colocan jardineras para frenar la velocidad del agua en su descenso. Bancas y tablas para que los peatones puedan pasar sin tener que mojarse los pies al cruzar la calle. Un brinco ayuda a sortear la última parte del cruce por la corriente, que aunque no es muy grande, baja con fuerza.
Algunos vecinos previsores colocan costales de arena frente a sus domicilios, para evitar que el agua ingrese a sus casas. La lluvia del pasado martes, aunque fuerte, no fue tan intensa como las que se esperan los próximos días en territorio queretano y el país.
María Teresa Rosas tiene una cocina económica. Afuera del negocio el ruido del agua corriendo es constante. Con ella está María Pueblito Reséndiz, quien tiene un local de uniformes deportivos, que piensa dejar porque la gente no puede pasar a comprar por la corriente de agua que baja por la calle en tiempo de lluvias.
Ambas mujeres narran que el martes el agua subió de nivel y amenazaba con meterse a las casas. “Siempre ha sido un problema. Ahorita es el paso de los niños de la escuela y no pueden pasar. O se tienen que meter por el agua o tienen que esperar a que alguien los cruce. Siempre que llueve, pasa el agua fuerte, es la que baja de los cerros donde se ubican las colonias Menchaca II y III.
Antes era peor, dicen, ya que con las lluvias se hacían hoyos en la calle, por lo que exigieron una solución más estable y segura, murieron dos jóvenes que fueron arrastrados por la corriente, sólo así les hicieron caso y cubrieron la calle con cemento..
En la colonia Menchaca III, los deslaves son frecuentes. Arriba del pedazo de cerro “cortado” hay viviendas que también corren el riesgo de venirse abajo en caso de que se desgaje.
Graciela tiene 42 años viviendo en Menchaca III. El agua no da tregua. “Anduvieron muchos vecinos viendo que iban a poner una especie de malla con cemento, pero dicen que no sostiene la tierra, que no hay posibilidad”, dice.
Siempre han vivido con el riesgo. Incluso los deslaves y desgajamientos del cerro han abierto la calle, cada vez que la tierra cae se produce una abertura a la zona. No sólo es ella y sus vecinos en riesgo, pues del otro lado del cerro hay una escuela y aunque no se ve comprometida, muchos alumnos pasan junto al cerro.