EN QUERÉTARO
Equinoterapia ayuda a reducir la rehabilitación de pacientes con discapacidad
Cuando el paciente sube al caballo se ejercen movimientos tridimensionales, dice la experta
(Foto: César Gómez | El Gráfico)
MIGUEL TIERRAFRÍA
Cecilia Quezada López acomoda la montura de Tomasa, una de las yeguas con las que trabaja la equinoterapia en el Centro de Rehabilitación Integral Ecuestre (CRIE). Toma de la mano a Giancarlo y lo sube para hacer ejercicios.
Cuando inició en esta labor, hace 15 años, Cecilia trabajó de forma escueta con la Policía Montada de la Ciudad de México, que en aquel tiempo eran los únicos dedicados a proporcionar la terapia.
Después se mudó a Querétaro y comenzó a trabajar en El Marqués, posteriormente pudo instalar el centro de rehabilitación en las inmediaciones de Huimilpan, a un costado de la carretera estatal 411.
El trabajo con el caballo permite a pacientes que tienen discapacidad mental, física, neurológica o psicopedagógica recortar los tiempos en rehabilitación. Uno de los factores que influye es que cuando el paciente sube al caballo, se ejercen movimientos tridimensionales, con los que se mandan señales al cerebro para reactivar neuronas que son sensibles al movimiento.
Otro factor es el calor que genera el caballo, debido a que el animal posee una temperatura corporal de 38 grados centígrados; al momento de realizar los ejercicios terapéuticos, el calor funge como una especie de analgésico, que logra reducir el dolor.
Cecilia plantea que cada caso que llega al centro de rehabilitación es distinto, por lo que siempre adaptan la metodología de trabajo de acuerdo con el paciente y a su padecimiento. En promedio, atienden poco más de 50 niños de forma mensual, cada uno con las necesidades requeridas.
En el centro también se trabaja capacitación a todas aquellas personas interesadas en la terapia de caballos, pues han notado que hay personas que tienen caballos, pero que están dedicadas a otras áreas.
El caballo exige tranquilidad. Cecilia platica que el caballo exige lo mejor de cada una de las personas que se suben a él, pues hay una reciprocidad porque ayudan a mejorar. El caballo, al ser un animal depredado, ha desarrollado diversos mecanismos para sobrevivir; por ello, las personas que trabajan en la equinoterapia deben ir lo más tranquilas posible, ya que estar con una carga emocional fuerte, impide el trabajo con los animales.
Parte de la satisfacción que le ha generado a Cecilia la equinoterapia es poder trabajar de forma altruista con las casas hogar.
(Foto: César Gómez | El Gráfico)