En silla de ruedas, es un guerrero de los camiones en Querétaro

Por Domingo Valdez

Para Óscar Gómez Garrido moverse en la ciudad es complicado, tomar entre cuatro y cinco autobuses al día para desplazarse a sus actividades diarias es una aventura.

Próximo a cumplir 40 años, nació con un problema en la columna vertebral, por lo que su espalda siempre fue delicada, pero en 2001 sufrió un accidente y quedó en silla de ruedas.

 Sin embargo, para Óscar no hay límites. Tomó un curso para moverse y toma parte en competencias de natación.

“Tengo el triatlón de San Gil. La próxima semana voy a unos nacionales. También hago maratones, en agosto. Solía practicar karate en silla de ruedas, pero dada la situación del transporte, dejé de entrenar esa disciplina”, dice.

Además es voluntario en el IMSS, donde da clases de natación y postrehabilitación a personas mayores, y le gustaría dar pláticas motivacionales para que vean que todo se puede cuando se quiere, y aunque todo parezca estar en contra.

Sobre la movilidad, apunta que vive solo, tiene que hacer todas las actividades que hace cualquier ciudadano, sólo que en una silla de ruedas.

SIN AYUDA. ”Los choferes van con tiempos, todo mundo viaja a prisa. Te dicen que rápido, que tienen prisa, o les haces la parada y se siguen, ven cómo subes y no te echan la mano. También debo reconocer que hay conductores atentos”.

Con las personas pasa lo mismo, hay quienes son amables o indiferentes. Dice que lo que hace falta es más educación y capacitación a los operadores de transporte público, aunque tienen cursos y talleres.