LAVAN 250 KILOS DE ROPA AL DÍA

Lavandería los saca de apuros

Seis años es el tiempo que María y su esposo han trabajado para hacer crecer su negocio

Querétaro 23/02/2018 22:01 Redacción Actualizada 22:03
 

Alma Gómez

Un negocio familiar en el que se han lavado hasta 250 kilos de ropa al día, no se construye de la noche a la mañana. Fueron seis años en los que María López Torres trabajó todos los días administrando una lavandería, pero eso no fue lo más difícil, sino echarla a andar y mantener un ritmo de trabajo. 

María y su esposo Gerardo Guevara aceptaron el traspaso de una lavandería mal aclientada. Tuvieron que cambiar grandes cosas y pequeños detalles, desde modificar el local, hasta llevar a la recepción la ropa recién lavada y doblada “para que diera la impresión de que teníamos más trabajo”. 

En esta lavandería, ubicada en avenida Tecnológico norte número 19, colonia Niños Héroes, es atendida por María y su esposo, además de su sobrino, su esposa y una joven más que se encarga de planchar las prendas. 

Con el tiempo, la cantidad de clientes aumentó, sobre todo los nuevos clientes eran estudiantes, debido a la cercanía con la UAQ. 

El momento más difícil ocurrió hace un año, cuando las autoridades repararon el drenaje de la calle que pasa justo frente al negocio; fueron ocho meses en los que las ventas bajaron casi por completo, “pensamos que tendríamos que cerrar la lavandería”.

Los clientes no podían ni siquiera cruzar de una acera a otra, mucho menos cargando varios kilos de ropa. Entonces María y su esposo rentaron un local ubicado a dos cuadras de la lavandería, lo usaban sólo como una gran recepción. 

Crece clientela. La gran sorpresa fue la disposición con la que los clientes caminaban dos cuadras más de lo normal, para dejar su ropa en manos de esta familia. 

“Algunos clientes no sabían cómo llegar, yo me salía del local y los buscaba, les hacía señas para que llegaran. Así fueron ocho meses, muchos negocios cerraron en la zona. Hay negocios que son muy grandes y tienen fondos para subsistir, pero los negocios pequeños o medianos sí nos dimos una buena tambaleada”, recuerda. 

Porque no fue suficiente rentar un segundo local y sobrevivir a ocho meses de obras públicas, la lavandería de esta familia conjugó cuatro servicios en uno; por eso, en el lugar no sólo se lava ropa, sino que también se plancha, se hacen reparaciones con costura y se tiene servicio de lavandería. 

María confiesa que son mínimas las ganancias por ofrecer tantos servicios en un mismo local, pero la intención es complacer al cliente. 

Perder algún calcetín, mezclar ropa blanca con ropa de color, quemar alguna camisa, incluso lavar en agua cuando debe lavarse en seco, fueron los primeros errores que los dueños del negocio inevitablemente cometieron para alcanzar el servicio de excelencia que hoy ofrecen.

María dice que la lavandería es un negocio noble que lejos de ir en declive, se inserta más en la cotidianidad, tal vez por el ritmo acelerado en el que se vive, donde el trabajo deja menos tiempo para las cosas del hogar. 

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