Actitudes que pueden destruir tu relación amorosa
Criticar de manera destructiva, actuar a la defensiva, con desprecio o evasión son cuatro actitudes que, si se mantienen a lo largo de una relación de pareja, harán que ésta llegue a su fin. John Gottman llamó a estas cuatro actitudes “los cuatro jinetes del apocalipsis”, por su carácter destructivo. ¿En qué consiste cada una y cuál es su antídoto, es decir, la actitud sana y productiva?
La crítica destructiva implica descalificar a la pareja, generalmente en tono despectivo: “Eres un egoísta. Nunca piensas en mí”. El ataque pretende anular a la persona en su totalidad. La crítica destructiva difícilmente ayuda a que la pareja resuelva el asunto. Cuando se hace en exceso provoca resentimiento. Y el resentimiento es veneno para la relación.
El antídoto: Evita culpar y señalar. En lugar de decir “tú…”, habla de lo que no te gusta, de lo que sientes cuando eso sucede y de cómo te gustaría que fueran las cosas. A continuación haz una sugerencia de solución: “¿Qué te parece si…?” En lugar de acusar al otro de ser egoísta, puedes decir: “Cuando no me haces caso me siento ignorada. Me gustaría que platicáramos de cómo estuvo mi día.
La actitud defensiva se refiere a no ser capaz de aceptar una queja. En lugar de admitir un error o un comportamiento dañino, la persona se pone a la defensiva y contraataca. Evita responsabilizarse y se hace la víctima. Uno dice: “Volviste a dejar los trastes sucios en la mesa”. Y el otro la culpa: “Pues tú no eres tan ordenada como crees ser, ¿eh?”. Esto genera tensión y conflicto en la pareja, pues se culpan el uno al otro sin llegar a una solución.
El antídoto: Acepta tu parte de responsabilidad en la situación. Esta es la mejor forma de resolver un conflicto: ambas partes deben admitir su responsabilidad. Puede ser difícil admitir un error o que hicimos daño al otro, pero es un buen comienzo para llegar a la solución de un problema. Las parejas que se mantienen juntas por mucho tiempo saben la importancia de comunicarse, negociar y llegar a acuerdos.
El desprecio consiste en insultar, hacer muecas, ridiculizar y usar el sarcasmo para ofender o infravalorar al otro. “¿Tú sólo llegas a casa, te tiras al sofá a jugar esos tontos jueguitos en el celular como si fueras un adolescente. Qué patético” Quien muestra desprecio asume una posición de superioridad. El resultado: resentimiento, deseo de venganza y pérdida de autoestima. Cuando el desprecio está presente en la relación, la probabilidad de que la pareja se mantenga junta es casi nula.
El antídoto: Observa tus actitudes despreciativas y cámbialas por respeto, aprecio, gratitud y afecto. Por cada expresión de desprecio que “se te salga”, asegúrate de incluir en tu interacción cinco expresiones de comprensión, aprecio, gratitud y cariño. Integra “gracias” a tu vocabulario.
La actitud evasiva es cerrazón e indiferencia hacia la pareja cuando ésta expresa quejas o te señala algo, aun si lo hace de manera respetuosa. Esta indiferencia consiste en hacer como que no escucha, mirar hacia otro lado, hacer como si el otro no existiera, hacerse el ocupado. Esta actitud origina rabia y resentimiento.
El antídoto: Tómate un “tiempo fuera” si te sientes poco receptivo, abrumado o poco tolerante. Hazle saber a tu pareja que necesitas un descanso antes de platicar. Así evitas explotar. Lo recomendable es tomar 20 minutos, distráete, camina.