Muchos pensamientos que tenemos a lo largo de día son inútiles. Todas esas ideas que se repiten en tu mente te hacen perder tiempo y energía. Y son pensamientos que no eliges tener, que simplemente surgen. No tenemos control total sobre lo que pensamos. La mente produce ideas constantemente, pues es su trabajo hacerlo, pero no elegimos qué ideas cruzan nuestra mente. Así que no tienes por qué sentirte mal si descubres que se ha colado en tu mente una idea negativa, pesimista, destructiva o desagradable. Hay una enorme diferencia entre pensar algo y hacer eso que imaginamos.
Es común que queramos eliminar esos pensamientos. Sin embargo, se ha descubierto que intentar suprimirlos puede funcionar a corto plazo, pero que a la larga, resulta poco útil.
Cuando descartas o reprimes los pensamientos, éstos resurgen con mayor fuerza. La alternativa consiste en 1) aceptar la aparición de los pensamientos como productos naturales de la mente, 2) tomar cierta distancia de ellos y 3) amablemente dejarlos pasar (no suprimirlos). La clave está en no tomarlos demasiado en serio, ni rechazarlos como si fueran la peste, mucho menos obsesionarse con destruirlos.
Es necesario crear distancia entre tú y tus pensamientos, sobre todo los poco útiles, los destructivos y los que te provocan angustia. Tú no eres tus pensamientos, éstos son sólo el producto de tu mente. Entender esto te ayuda a distanciarte de ellos, observarlos y manejarlos más fácilmente.
Para dejar pasar las ideas que surgen en tu mente, sobre todo las poco útiles, y quitarles poder sobre ti, puedes recurrir a ciertas imágenes. Aquí están algunas de ellas:
Nubes en el cielo. Se trata de ver a tu mente como si fuera el vasto cielo y a los pensamientos como nubes que se mueven con el viento. Esta imagen representa la naturaleza siempre cambiante de las ideas (que se manifiestan como imágenes, recuerdos, palabras). Los pensamientos están en constante movimiento, vienen y van, aparecen y desaparecen, como las nubes en el cielo. Tú sólo los observas y les permites ir y venir.
Hojas en la corriente. Puedes imaginar a tu mente como un arroyo o un riachuelo con hojas que se mueven con la corriente. Un buen ejercicio para dejar pasar los pensamientos poco útiles consiste en depositar cada uno sobre una hoja y permitir que se la lleve la corriente. Esta imagen es muy efectiva y al utilizarla se ejercita la aceptación de las ideas, el distanciamiento de ellas y la actitud de dejarlas pasar.
Pasajeros en un autobús. Se trata de imaginarte como el conductor de un autobús y a cada pasajero que sube o baja como un pensamiento (algunos de ellos son desagradables). En tu papel de conductor, observas que los pasajeros (pensamientos) entran y salen, suben y bajan. También tienes cierto control sobre los pasajeros: puedes agradecer sus comentarios (el contenido de los pensamientos) y enseguida pedirles amablemente que bajen del autobús. Así practicas la aceptación, la distancia y dejarlos pasar con suavidad.
Autos en la calle. Otra imagen útil para practicar dejar pasar los pensamientos inútiles es la de automóviles que pasan por la calle mientras los observas desde tu ventana. Nota cómo tienen diferentes colores y estilos. Así son las ideas. En esta imagen no intentas detener los autos (pensamientos) ni hacer que vayan más deprisa, sólo los ves pasar.
Practica con varias imágenes (con seguridad podrás pensar en muchas otras) y escoge la más efectiva. Es cuestión de repetir el ejercicio: entrenar tu mente para aceptar, tomar distancia y dejar pasar.