Desarma a tu crítico interior
(Foto: Archivo El Gráfico)
“Solía ser muy dura conmigo misma, sobre todo cuando me equivocaba. A veces, me era imposible apagar esa vocecita que me decía: ‘eres demasiado vieja, demasiado gorda, una mala madre, no eres suficiente’. Tratarme con látigo sólo me llevó a perder la seguridad, a replegarme en un rincón y ser incapaz de conseguir lo que es importante en la vida para mí”, así describe Mirna su experiencia con su crítica interna.
Con seguridad conoces esa vocecita que te dice que no eres suficientemente talentoso, valioso o digno de ser querido. Esa voz interior te hace dudar de tus capacidades para alcanzar tus metas y sabotea tus logros. Tu crítico interior te hace sentir inútil, despreciable, estúpido, pequeño, incapaz, como un perdedor. Te hace sentir mal y te culpa de todo lo que sale mal en tu vida, además de descalificar tus momentos, experiencias y cualidades positivas.
Quizás al mirarte al espejo hayas pensado: “Te falta atractivo. Tienes piel horrible. Ve tu cabello, ¿quién te va a querer así?”. El crítico interior también te habla en el trabajo: “Estás bajo demasiado estrés. Nunca vas a conseguir lo que quieres. Nadie siquiera nota lo que haces. Deberías mejor renunciar”. Y también está presente en tus pensamientos en tus relaciones cercanas: “En realidad no le interesas. ¿Quién podría interesarse en ti? “No va a durar”.
¿De dónde viene el crítico interior? Esta voz extremadamente crítica se origina en tus experiencias de la niñez. Quizás observaste o experimentaste actitudes dolorosas y muy críticas. Muchas veces esta voz nos recuerda las palabras de un padre autoritario que exigía perfección, ser más exigentes con nosotros mismos, tratar con más empeño, ser más inteligentes o astutos que los demás. Otras veces es el eco de una madre exigente en extremo, insatisfecha con lo que hacemos. Y esto produce vergüenza: el sentimiento de que no somos valiosos, competentes o buenos, de que hay algo que no está bien.
¿Cómo desarmar a tu crítico interior? Una forma de desarmar a tu duro juez interior es tomar distancia de esa voz crítica. Crea una distancia entre tú y tus pensamientos. Esto significa observar tus ideas, lo que dice la voz crítica, como algo que no eres tú. Porque en realidad tú no eres esos pensamientos. Las críticas sólo son producto de tu mente. Son una repetición de algo que escuchaste en la infancia. La voz crítica es una imitación de una madre autoritaria o de un padre súper exigente. Estos pensamientos son un problema si te los crees, si te compras esa idea.
Cuando escuchas y crees la idea de que “eres un fracaso”, entonces dejas de hacer lo necesario para conseguir tus objetivos, rechazas oportunidades de aprendizaje y crecimiento.
Ahora imagina que escuchas en tu mente la voz que dice “eres un fracaso”. Observas esta idea, pero no te la compras. Identificas a la voz crítica y la etiquetas: “Ah, tan sólo es el crítico interior otra vez”. Entonces, tranquilamente, dejas pasar la idea como dejas pasar muchas otras a lo largo del día. Podrías incluso imaginar este pensamiento como una nube que flota en el cielo azul y se mueve con el viento. Dejas pasar la idea porque no es de utilidad para tus propósitos en la vida. Y después llevas tu atención a lo importante en ese momento, a lo necesario para acercarte a tus metas. Esto te podría servir para separar al juez interior de la realidad. Dejar pasar los pensamientos poco útiles.