"¿Cómo le acaricio el nepe a mi novio? Siento que quiere más"

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PREGUNTA: Hola, desde hace tiempo hay una duda que me tiene vuelta loca y hasta ahora encontré el valor para escribir y pedir que me ayuden a saber qué me pasa. Tengo 23 años y desde que empezó de manera activa mi vida sexual, noté que no soy muy fan de la penetración. No es que me sienta traumada o algo así, lo que sucede es que no me prende. No es algo que sienta como una necesidad al momento del sexo, es más ni siquiera llego al orgasmo a través del coito. Pero con el sexo oral la cosa cambia mucho. Me gustan los hombres y me siento de verdad atraída por ellos, y de aquí viene mi duda, ¿si no me gusta el sexo con penetración es señal de que soy bisexual? No sé si me gustan las mujeres, en verdad porque, bueno,, algunas se me hacen muy hermosas cuando las veo, y me gusta verlas pero no me siento tan excitada. Ayuda por favor, estoy muy confundida. Isabel P

RESPUESTA: Se llama preferencia sexual a las cosas que nos gustan y excitan por encima de otras, pero eso no define nuestra orientación sexual. Ciertamente hay mujeres a las cuales la penetración nos las estimula de la misma manera que lo hace el sexo oral, que por su naturaleza ofrece sensaciones más intensas. Puede ser que después de darte cuenta que te es más fácil conseguir el orgasmo con el sexo oral, has dejado de tomarle seriedad al coito pues en esta práctica sexual, las posturas juegan un papel muy importante y de ellas depende el éxito. Para muchas parejas ciertas posturas pueden ser complicadas de realizar y por ello el disfrute sexual es menor. Las personas bisexuales saben que lo son porque sienten la misma atracción erótica tanto por hombres como por mujeres, aunque puedan tener una preferencia más marcada por uno u otro sexo. Es decir, son personas que se sienten cómodas teniendo relaciones sexuales y amorosas tanto con hombres como con mujeres pero, pueden preferir a unos sobre otros pues no necesariamente tienen el mismo nivel de satisfacción erótica con ambos sexos.

PREGUNTA: Buenas tardes, espero me ayuden con algunos tips. Desde hace un tiempo empecé a tener relaciones sexuales con mi novio, pero la verdad es que no sé como acariciar el pene. No soy nada mala en eso de acariciar el cuerpo porque se excita mucho cuando lo toco, desde su espalda, sus piernas, hombros, los pezones y todo su torso hasta los pies. El problema viene cuando se trata de los genitales, con el pene y los testículos no puedo, no sé cómo hacerles nada. Me da la impresión de que él siempre se queda esperando las caricias en esa parte, pero nada más no sé qué hacer. ¿Me ayudan? Fernanda C

RESPUESTA: Ciertamente las caricias en los genitales son más complejas que en otras partes del cuerpo por dos sencillas razones: la primera es que no solemos estar familiarizados con los del sexo opuesto, por lo tanto además de desconocer su anatomía, desconocemos sus puntos de placer. La segunda es porque no se habla mucho del asunto de manera abierta. Aprendemos mucho de la caricia erótica, aunque no nos demos cuenta, de los contenidos que podemos ver en series, películas, novelas o de lo que leemos en literatura de este corte, lo que nos da ciertas pautas a seguir, pero por lo general solo abarcan las zonas erógenos que no son genitales. Una de las mejores maneras de estimular el pene es rodearlo con la mano y acariciarlo con movimientos de subir y bajar mientras se ejerce cierta presión alrededor. 

PREGUNTA: Hola, tengo una duda que surgió el otro día que estaba en una reunión con unos amigos. ¿Es cierto que las personas bisexuales son mejores en el sexo? Una de mis amigas lo dice porque según ella, al estar con personas de ambos sexos se tiene más posibilidad de aprender cosas. Me suena lógico pero me da la impresión de que entonces deberíamos tener relaciones bisexuales solo por aprender, y luego ya definir con que sexo preferimos estar. Ayuda es confuso. Vicente Z

RESPUESTA: Eso es una falsedad que tiene facha de querer volverse mito y plantear mal lo que es la experimentación de la sexualidad y su función. No, la orientación sexual no te hace mejor en sexo, eso se logra cuando eres capaz de disfrutarlo porque estás empoderada o empoderado. De hecho, ser buenos o malos en el sexo no tiene que ver con qué tanto sexo tenemos, sí influye porque el sexo mejora con la práctica, pero no lo determina. El asunto es que no se trata de practicar solo técnicas sexuales, sino de maneras de relacionarnos con la otra persona, desde la libertad y la empatía. De nada sirve que sepas estimular un pene si en realidad no sabes cómo convivir con los dueños de ese órgano. No vale de nada saber tocar el clítoris cuando no hay idea de cómo relacionarse de igual a igual con las mujeres, aunque parece que esto no tiene que ver a la hora del sexo. La experimentación sexual no se trata de hacerle a todo, eso es una práctica de riesgo; se trata de tener la libertad elegir experimentar aquello que nos llama la atención y que puede representar un beneficio en nuestra sexualidad.

Mucho ojo

La mayoría de las veces se cae en el error de referirse a la orientación sexual como preferencia, elección o condición. Pero el término correcto, cuando hablamos como identificación de una persona a través de su atracción erótica por otras personas y otros géneros es orientación sexual. 

Este término está establecido por la Organización Mundial de la Salud. La orientación sexual no es algo que se decide, ni es reversible, es decir no puede cambiarse, por lo tanto las personas no pueden elegirlo pero sí pueden actuar de manera congruente y acorde a sus sentimientos.