LA GUÍA DEL SEXO
El sexo anal y las ETS, esto es todo lo que tienes que saber
(Foto: Unsplash)
Cualquier práctica sexual es peligrosa si no se toman las medidas necesarias. Tal es le caso del sexo anal, que bien practicado puede ser una experiencia muy intensa y de acercamiento emocional para la pareja.
El sexo anal, para empezar es un práctica sexual que no por tener excluido el coito vaginal, deja a los participantes con la categoría de vírgenes, toda persona que experimente dar o recibir sexo oral o anal deja de ser virgen tal como pasa en el coito vaginal.
De tal manera, esta práctica sexual tampoco es sexo seguro ya que la única garantía que ofrece es que no provoca embarazos, pero sí es una gran fuente de contagio de enfermedades de transmisión sexual, desde la que son curables hasta las que son incurables y mortales.
Una de las enfermedades más comunes adquiridas a través del sexo anal es la proctitis, es decir, la inflamación del recto. Esta afectación causa, en la mayoría de las personas sangrados así como secreción de moco y de pus.
Si bien la proctitis tiene diversas causas, las que son causadas por enfermedades de transmisión sexual es común entre las personas practicantes del sexo anal, entre las enfermedades que la pueden causar está la gonorrea, la clamidia y el linfogranuloma venéreo.
Además de poder contraer este tipas enfermedades, en el sexo anal también se puede contraer hepatitis, sífilis, herpes y VIH, por eso es indispensable el uso de condón, ya que en esta practica no se busca evitar el embarazo sino con contagiar ni contraer enfermedades y lo único, hasta el momento que lo evita es el uso de éste.
Quizá, la enfermedad que más se trasmite por sexo anal es el virus del papiloma humano, que de no ser tratado adecuadamente puede derivar en cáncer anal. Además, esta práctica, si no se tiene cuidado o se realiza con fuerza o a la fuerza, puede provocar desgarros, hemorragias y lesiones que de no atenderse correctamente derivan en infecciones.
Otro tipo de infecciones pueden ser causadas por la falta de higiene, por eso limpiar y lavar el área es fundamental antes y después del tener sexo anal.
Asimismo, el dolor si bien no es una enfermedad en sí mismo, es un síntoma importante que avisa de una probable infección, de heridas o lesiones. Por ejemplo, la mucosa rectal es muy sensible y su función es ser absorbente, por ello no tiene una capacidad de lubricación alta, por lo tanto si no hay cuidado en lubricar esta parte la mucosa puede romperse y producir hemorragias.
Por lo tanto, si se va a tener sexo anal, lo primero a contemplar en una buena higiene seguida de protección con condón, y teniendo paciencia al hacerlo, claro dentro de una experiencia consensuada en todos los sentidos, desde aprobar esta penetración hasta la forma en que se llevará acabo, como es el uso o no de juguetes sexuales.
Si se presentan heces con sangre, estreñimiento, sangrado rectal, secreción de pus por el recto, molestia o dolor en la zona o dolor durante las deposiciones, es imperioso acudir al médico.