CALIENTE POR SABER
“Soy enfermera y amante de un ñor muy guapo, pero mi prima dice que me prostituyo”
“Soy enfermera y amante de un ñor muy guapo, pero mi prima dice que me prostituyo” (Foto: Unsplash)
PREGUNTA: Mi hija está por casarse y mi exmarido y yo debemos arreglar varias cosas juntos. Tengo que poner cara bonita al ver a su mamá, a los excuñados que se portaron de la mierda conmigo y a su novia, a quien odio más que a nadie porque me bajó a mi marido. No entiendo porque si ya pasaron tantos años, no puedo ser madura y aceptar que separame de mi ex fue lo mejor que me pudo pasar y sigo llena de veneno.
RESPUESTA: El rencor es una palabra abstracta que unos entienden mejor que otros. Yo diría que es una mal formación del alma, un deseo de venganza, un pie que sigue puesto en el pasado. Es muy difícil corregir ese defecto. Los rencorosos pueden repetir mil veces: “ya no quiero ser rencorosa”, pero hasta que perdones, te quedarás así.
PREGUNTA: Llevo seis semanas trabajando con un enfermo del corazón con el que comparto cama. Es muy guapo, amable y educado. Se recupera poquito a poco y le gusta que sea yo quien cuide de él. Tengo 26. Disimulo cuando viene la familia y lo asisto como enfermera profesional, pero en cuanto se van, somos “marido y mujer”. Mi prima me dice que me prostituyo, yo le digo que no me moleste, que soy asistente, enfermera y sexóloga a la vez, que me gano bien mi sueldo.
RESPUESTA: Me parece que has encontrado un trabajo en el que puedes completar muchas funciones, pero no te hagas tonta. La sexóloga no tiene relaciones con el paciente. Tu paciente y tú tienen una relación amorosa, sexual, de cuidados y amores de la que deben hablar. Como la platicas, está llena de entendidos que no están claros. Ve por ti y no hagas lo que no te guste hacer.
PREGUNTA: Mi hermano llegó borracho de una fiesta y entró directito a mi cuarto. Vomitó en mi cama. Le reclamé al otro día y mi mamá lo defendió. Me dijo que yo era mujer y que yo tenía que limpiar. Le dije en su cara: “Límpialo tú, también eres mujer”y me soltó un
cachetadón que me quedó morada la cara. Me refugié en casa de mi abuela esa misma noche y no quiero regresar. ¿Qué hago para que mi mamá entienda por qué me fui?
RESPUESTA: Dale tiempo. Lo que se aprende de niña es difícil de cambiar. Los golpes y los gritos no llevan a nada bueno. Las dinámicas en muchas familias están cambiando. Refugiarte en casa de tu abuela es un acierto, cuídala y no te vuelvas un problema.
PREGUNTA: Mi mamá ha querido hacerme preguntas desde que regresó una tía que se fue hace años de la familia, pero yo no estoy en plan de responder. No quiero decir que entiendo a mi tía mejor de lo que ella cree, ni que me siento parecida a ella. Es como si me
equilibrara su vibra, no sé, me siento afín. Odio ese silencio de las cosas que no se hablan en mi casa, ni en casa de mi abuela. Nadie se atreve a decir con palabras por qué mi tía se fue. ¿Me abro con mis papás y les explico que yo también soy gay?
RESPUESTA: Salir del clóset es importante. A tus padres les puede tomar tiempo aceptarte; busca el momento oportuno, piensa que tienes mucho que entender y que ese proceso ya no es asunto tuyo.