GUÍA DEL SEXO
¿Eyaculas sin sentir placer? Esta podría ser la causa
(Foto: Unsplash)
Si bien ya es mucho más conocido que el orgasmo y la eyaculación no son la misma cosa y que por eso existe la posibilidad de que los hombres eyaculen sin tener orgasmo, eso no significa que lo hagan con placer.
La eyaculación es parte de la respuesta del cuerpo ante un estímulo sexual, lo que significa que la persona experimenta placer a través de las sensaciones que se perciben por el cuerpo.
Un mito de la eyaculación es que siempre es placentero, porque se le asocia fuertemente con el orgasmo, y aunque se sabe que son dos cosas distintas, pocas personas saben que un hombre puede eyacular sin sentir placer, no solo sin tener u orgasmo, sino, realmente no sentir nada.
Se le llama anorgasmia o anhedonia eyaculatoria a la ausencia de sensaciones placenteras en el momento de la eyaculación; es decir, está la reacción física pero no la emocional.
Este padecimiento suele originarse por alteraciones psicogenéticas, pero también se llega a dar en personas diabéticas así como en pacientes que hay tenido un consumo exagerado o prolongado de ciertos medicamentos, en síndromes de abstinencia de heroinómanos o morfinómanos, o en ciertas paraplejias.
La anhedonia en general, es la incapacidad de una persona a experimentar placer y disfrute en ninguna circunstancia, pero la anhedonia sexual se reduce al aspecto concreto de la ausencia de placer durante el orgasmo. Existen evidencias médicas que sitúan a la anhedonia con un síntoma fundamental en algunos trastornos neuropsiquiátricos como son la depresión y la esquizofrenia.
La más recientes investigaciones señalan que las causas de este padecimiento es debido a una alteración en el sistema dopaminérgico, el mecanismo por el cual la dopamina se encarga de producir las sensaciones de placer y satisfacción.
Se cree que el sistema dopaminogénico no tiene la capacidad de producir placer o sensación de bienestar cuando la persona pasa por depresión, esquizofrenia o adicción a las drogas, pues se inhibe la producción de dopamina.
El problema se puede agravar con la presencia del estrés porque socialmente existe la exigencia de asociar al orgasmo como uno de los más altos grados de placer, alegría y gratificación, lo cual deriva en una complicación mayor en la relación de pareja, pues el hombre llega a perder la confianza en sí mismo, al ni siquiera saber qué le ocurre y verse altamente sorprendido e intrigado por su falta de emoción y orgasmo que se da en la eyaculación.
Por su parte, la pareja puede caer en especulaciones o suspicacias, imaginando infidelidades o pensando que ha dejado de ser el objeto de deseo de su pareja.
La buena noticia es que este problema tiene remedio. El tratamiento psicoterapeútico se complementa con uno psicofarmacológico, bien combinados y llevados pueden reponer la salud del paciente en poco tiempo, eso dependerá de la capacidad de respuesta de cada hombre frente a la terapia y a su constancia en la toma de los medicamentos.