RELATOS ERÓTICOS

“Unas buenas embestidas mañaneras, con su exquisito jugo”, por Helena La Mala

“Unas buenas embestidas mañaneras, con su exquisito jugo”, por Helena La Mala

(Foto: Archivo, El Gráfico)

Sexo 21/09/2022 14:07 Helena Danae Actualizada 14:07
 

Hola, mis amores, feliz miércoles a tod@s. Mis días están yendo súper rápido porque me estoy preparando para la Expo y hay muchas cosas que hacer en tiempo récord.

Entre tanto estrés y tiempo fuera de la casa, cuando llego solo pienso en tumbarme en la cama y cerrar los ojos hasta el día siguiente. Y aunque ya no tenga tantas fuerzas, siempre me quedan las ganas de coger.

Había estado llegando antes que don Heleno a casa, así que me encontraba dormida, pero él no me molestaba. A veces, sólo lo escuchaba llegar y podía darme cuenta que se masturbaba en el baño. Yo me excitaba, pero el cansancio no me dejaba pararme de la cama, así que un día decidí dejarle una nota en la mesa donde siempre cena.

La nota era directa: “Cuando llegues, empieza de a poquito a hacerme el amor, aunque esté dormida. Me encantará despertar así”.

No fue muy difícil lograr que él me obedeciera. Estaba dormitando, la emoción no me dejó lograr un sueño profundo, empecé a sentir sus manos acariciando mi cuerpo.

Luego sentí cómo bajó mis calzones y empezó a masturbarse, cada que se la jalaba movía mis labios y rozaba mi clítoris.

Cuando notó esa gotita de mi jugo saliendo de mi centro, apuntó su pepino sin dejar de masturbarse, como tanteando el terreno. Puse mi mano cerca de su tronco y lo empujé para que me la metiera completa. Cuando comenzó a penetrarme, yo aún tenía los ojos cerrados, era fabuloso, como un sueño en el que sentía cada detalle intensificado.

Él me embestía y luego con sus dedos acariciaba mi clítoris; era más placer para mí. Mi mente estaba disfrutando y mi cuerpo seguía un poco adormecido.

Cada que él me empujaba con su penetración, mi cuerpo se movía un poco más hacia arriba de la cama.

Cuando por fin mi cabeza estuvo contra la cabecera desperté por completo, sólo para gozar un delicioso orgasmo. Por fin, después de mucho placer a pequeñas probaditas llegó lo mayor, lo que me hizo temblar las piernas.

Él terminó dentro de mí y, en ese lapso tras el orgasmo, ahora sí terminé profundamente dormida.

Así, aunque estaba cansada, encontramos la manera de saciarnos y la verdad lo volveríamos a hacer. Amanecí con más energía y ganas de estar al cien en mis actividades.

¿Le dejarían una nota así de contundente su pareja? Les espero la próxima semana; saben que los adoro y les mando todo mi amor.

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