RELATOS SEXUALES
“Una exquisita leche, que escurría desde mi almendrita”, por Helena La Mala
(Foto: Archivo, El Gráfico)
Hola, mis amores, feliz miércoles a tod@s. Tras el relato de la semana pasada, me pidieron saber ya sobre mi escena con Sirenita; se nota que saben de la buena química que tuvimos.
Yo conseguí dos trajes de gatitas sensuales e inflé una alberca para meternos en ella.
Después de las fotos comenzamos a grabar. Tomamos un poco de leche y comenzamos a tirárnosla por el cuerpo; ella se hincó ante mí y le dejé caer la leche por mi boca, mientras escurría por mis tetas y resbalaba por mi abdomen, llegando a mi almendrita y cayendo directo a su boca. Ya iba bien impregnada de mi sabor. ¡Esa sí era leche de Helena!
Nos pusimos de frente, dejando que entre nuestras tetas cayera la leche y dejando nuestros pezones duros, erectos y nuestras vaginas humedecidas.
Tuvimos que invitar a nuestros vibradores para poder darnos tanto amor como pudiéramos y explotar. Nos pusimos en posición de ‘perrito’, dando las nalgas a la cámara y comenzamos a masturbarnos mutuamente, mientras usábamos la leche de lubricante para poder meternos esos vibradores.
Al hacer la famosísima tijerita, el sonido era maravilloso, la leche con nuestras pieles nos hacía resbalar y nuestras vulvas quedaban en contacto directo, labio con labio. Mientras yo estaba empinada, la cámara tomaba mi rostro llegando al orgasmo.
Varias de las escenas fueron en cámara lenta para que puedan apreciar el momento y desear ser esas gotas de leche paseándose por todo nuestro cuerpo y entrando en nuestros sitios más profundos, para degustar nuestro sabor.
¿Les gustaría jugar con la comida y tu amante? Los adoro infinitamente.