RELATOS PICANTES

El final feliz que Helena La Mala tuvo con un experto en las artes orales

"Estaba haciéndolo lento, pero con un ritmo que hipnotizaba"

El final feliz que Helena La Mala tuvo con un experto en las artes orales

(Foto: Instagram)

Sexo 15/05/2024 14:11 Helena Danae Actualizada 14:11
 

Hola, mis amores. ¡Excelente miércoles lleno de amor y mucho sexo! ¿El suyo no va así? Bueno, aún tienen tiempo para que termine de esta manera. 

Yo les voy a ayudar contándoles cómo terminó mi encuentro con un colaborador. Fue tan delicioso que espero que sus mentes vuelen y se echen a andar para hacer de este día un miércoles sexual.

Después de darnos amor oral, bastante saliva y orgasmos. Era momento de la prueba de fuego, él ya había pasado con honores las artes orales, ahora necesitaba ver qué tan bueno era embistiéndome. Porque, repito, todo esto era meramente con fines laborales. 

Empapados en sudor, con los muslos mojados y nuestras entrepiernas hinchadas y palpitando, nos acostamos en la cama.

Me pidió que lo montara, pero le expliqué que necesitaba ver cómo se desenvolvía en las posiciones. Así, me acomodó con los pies en sus hombros y así me lo metió. 

Estaba haciéndolo lento, pero con un ritmo que hipnotizaba, así que comencé a menear mi cadera de la misma manera, encontramos muy buen acoplamiento y seguimos así. 

Le pedí que me diera más duro, pues sentía que mi ‘almendrita’ iba a explotar; sin embargo, necesitaba más punch para llegar al éxtasis. 

Él obedeció y continuó más duro y más profundo, tuve que empujarlo con mis pies y dejé que mi ‘squirt’ lo empapara, su miembro estaba escurriendo de mi jugo y eso hacía la vista más excitante. 

Me volteó y, por unos instantes, mi cuerpo no tocó la superficie de la cama y así me puso de perrito. 

Se puso de pie detrás de mí y sólo flexionó un poco sus rodillas para poder penetrarme, estuvo así durante un rato, no mucho porque con sus manos debía levantar mi culo y la posición aunque demasiado placentera, no es de las más cómodas. 

Sentí cómo aceleró su ritmo y sacó su miembro para embarrrame de su leche la espalda, pero ¡qué cantidad de leche me dejó! 

Tuvo el chance de girarme y dejar mi cara cerca de su miembro y llenarmela con su leche.

La imagen en mi cabeza sigue poniéndome caliente, yo con su leche escurriendo por mis nalgas, espalda y con un poco todavía en mi cara. 

Si hubiera sido para una escena, el resultado hubiera quedado fascinante. Sin duda, tendremos que repetirlo y ver si fue la química y la emoción de la primera vez o si es tan profesional como dijo. 

¿Se te antojó algo de este relato? Saben que les adoro de manera infinita y les mando mi amor. 

¡Nos leemos la próxima semana!

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