La infidelidad podría tener una explicación neuroquímica, el efecto coolidge lo explica

Podría decirse que es una de las técnicas usadas por el ser humano más antiguas que hay, y que en el aspecto sexual pese al avance de la civilización y la evolución humana sigue causando el mismo efecto: el hecho de descubrir a que hay en el entorno una potencial nueva pareja con la cual “aparearse” crea una tendencia a percibirla como más atrayente y eso es solo por que se nos presenta como una novedad.

Es lo que se llama efecto coolidge. Es un efecto propio de los mamíferos del reino animal sin distinción de género. Estar frente a una nueva posibilidad de pareja sexual hace que no importe si minutos antes creíamos que eramos un desastre al que nadie puede amar o que estemos cansados del sexo con la misma pareja, en cuanto aparece una nueva persona que pensamos disponible eso desaparece y reencausamos el rendimiento sexual.

El coolidge tiene un origen neuroquímico: la dopamina baja cuando nos habituamos a una persona pero se incrementa de golpe ante las novedad de una nueva experiencia sexual.

Este efecto es al que muchos culpan de sus infidelidades. Es un clásico escuchar “no fue planeado, simplemente pasó”, o el tan cursi “ fue instantáneo” lo que tiene mucho de cierto, sin embargo, pese a que las hormonas hacen de las suyas no somos entes sin voluntad ni criterio, por lo que podemos, aunque cueste trabajo, conducirnos como seres racionales aplicando valores como la lealtad, fidelidad y respeto que son importantes para la convivencia humana.

Ahora bien, sabiendo que los sistemas cerebrales de recompensa están mediados por la dopamina y que este neurotransmisor genera placer e influye en el deseo de perpetuar las conductas que puedan conducir a resultados o recompensas positivas, lo recomendable es que se busquen situaciones novedosas con la pareja.

Curiosamente, este efecto tiene que ver también con le éxito que tiene la pornografía, ya que no solo es un medio por el cual se puede obtener gratificación sexual sin mucho esfuerzo, la variedad de contenidos y propuestas sexuales hace que el cerebro no se habitúe a una sola cosa sino que ofrece un abanico de posibilidades inmenso, con el que el pico de dopamina se puede mantener fácilmente elevado.

Pese a que este efecto puede darse igual,en hombres que en mujeres, hay una sutil diferencia entre ambos: las mujeres tiendes a ser más selectivas, sobretodo en ciertos momentos claves de sus vidas.

Ellas pueden considerar de manera distinta a un compañero de vida que a elegir al padre de sus hijos, por eso sopesan más la elección y al final hacerlo con mayor seguridad.