RELATOS PICANTES
Lulú Petite da detalles de su noche con el hombre al que le encanta repetir
Lo vio el lunes, el miércoles, el viernes y todavía la volvió a llamar
(Foto: Especial)
Querido diario: Me puse cómoda. Completamente desnuda. Con las piernas ligeramente abiertas. Los besos que Daniel me dio antes de llevarme a la cama, ya me tenían empapada.
Nos vimos tres veces en esa semana; el lunes, el miércoles y el viernes. Hoy volvió a llamar y, desde luego, vine a volvérmelo a coger. ¡Faltaba más!
Abrí un poco más mis piernas y puse las manos en mis pechos. Comencé a jugar con mis pezones, mordiéndome los labios y mirando a sus ojos fijamente, retándolo, toreándolo a acercarse a sentirme, a brincar a la cama y hacerme nuevamente el amor.
Bajé la mirada y lo observé, también desnudo, varonil, cachondo. Con el palo erecto, enorme, apuntando a mí. Mirándome con las pupilas incendiadas de lujuria.
—Tócate. Quiero verte —me ordenó—.
En sus ojos brilló la chispa del deseo. Comenzó a jalarse el miembro lentamente; con su puño tomó ese enorme pedazo de carne endurecida y mientras miraba cómo me masturbé, se la jaló bruscamente.
Mis dedos hicieron magia, pronto comencé a sentir los escalofríos provocados por mi propia mano. Gemí a gritos. Él siguió masturbándose.
Me vine, desesperada. Él ahogó un suspiro y disparó sobre mis tetas un torrente de leche espesa.
Su semen resbaló por mis pezones. Él trajo una toalla y me limpió. Entre besos y faje, nos duchamos. Hoy habló menos, pero aún sin penetración, el sexo estuvo rico.
—¿Cuándo te veo de nuevo? —le pregunté, acostumbrada a sus llamadas recurrentes. Me gusta ver a Daniel, además de que es buen negocio tenerlo como cliente recurrente.
—Pronto. Mañana regreso a casa.
Entre tantas conversaciones y confidencias, no me había dicho que vive en Tijuana, estaba aquí para la organización de un evento y sus viáticos le permitían darse estos gustos. Mañana vuela de regreso. Igual promete volver. Sé que así será. Me queda claro que con el que nos despedimos no es, ni de lejos, el último beso que nos damos.
Hasta el martes, Lulú Petite.