RELATOS ERÓTICOS
“La exquisita coincidencia del cuarto 410, me dejó empapada”, por Lulú Petite
(Foto: Archivo, El Gráfico)
Querido diario: Sentí sus dedos hundirse en mis nalgas, separarlas, apuntar el látex por mi vulva abierta y palpitante.
Su sexo duro entró en el mío empapado. Me tomó del hombro, paseó sus dedos por mi espalda, tomó el control de mi cuerpo. Mis piernas, en cuatro, temblaban con sus embestidas.
Me encanta coger de perrito. Me agarré con fuerza a las sábanas. Él se movía con buen ritmo. Aferrándose a mis muslos, ocupándome, poseyéndome, haciendo de mi cuerpo el espacio de sus instintos. Gemí con fuerza, poseída por el placer y la lujuria; temblando al sentir cómo, poco a poco, se iba formando el orgasmo en mi entrepierna.
Te conté de Xavier el martes pasado. Me lo encontré en el lobby del motel en compañía de otra chica a quien acababa de hacerle el amor. Nos saludamos y cada uno se fue a lo suyo. Subí a atender a otro cliente y supuse que Xavier se había ido a seguir con su día.
Cuando terminé el servicio me encontré con un mensaje suyo desde la habitación de al lado.
“¿Te puedo ver?”, decía. Respondí que sí y, casi de inmediato, toqué a su puerta.
Nos reímos por la coincidencia. Después de vernos frente al ascensor, él se despidió de la chica con la que había estado y, como aún no entregaba su llave, dio media vuelta y subió. A pesar de que acababa de hacer el amor, cuando nos vimos, le dieron ganas de coger conmigo y decidió hacerlo. Darse el gusto.
Por casualidad, la habitación que tenía era justamente la de al lado de donde estuve yo con Miguel, el otro cliente. Le hizo gracia saber que los gemidos que escuchaba eran los que estaba esperando.
Mi orgasmo llegó desbordando mi torrente. Temblé cuando sentí la ráfaga del placer correr por mi cuerpo y un poco más cuando Xavier se vino.
Nos quedamos abrazados, cansados, contentos, satisfechos. Me gustó la coincidencia en el cuarto 410.
Hasta el martes. Sígueme en Twitter:@LuluPetite2022