RELATOS ERÓTICOS

“Fue la cachonda secretaria, quien me lo dejó muy calienturento”, por Lulú Petite

“Fue la cachonda secretaria, quien me lo dejó muy calienturento”, por Lulú Petite

“Fue la cachonda secretaria, quien me lo dejó muy calienturento”, por Lulú Petite (Foto: Especial)

Sexo 29/09/2022 17:05 Lulú Petite Actualizada 17:05
 

Querido diario: Estaba de rodillas, con el miembro de Xavier en mi garganta. Mis manos se apoyaban en sus muslos velludos y al mirar hacia arriba me encontraba con sus ojos de fuego; esa cara de lujuria enmarcada por una barba espartana, de cabellos negros, tupidos y varoniles.

Sentía su glande campanearme las anginas y una sensación extraña, entre la arcada y la asfixia. De mis ojos resbalaban lágrimas diminutas producidas por el miembro duro que tenía hurgándome la tráquea.

Cuando, por piedad o saciedad, decidió que había sido suficiente sexo oral, me puso de perrito.

Me acomodé en la cama y respingué las nalgas. Apuntó su sexo, empapado en mi saliva, y lo paseó por mi vulva. Puso sus manotas sobre mis nalgas, las tomó como un balón de básquet y se ensartó en mí deliciosamente.

Su sexo enorme, se clavaba con fiereza entre mis piernas, que temblaban con las arremetidas. Mientras me hacía el amor deliciosamente, sentí sus dedos paseándose por mi espalda, por mis muslos, por mis nalgas y, de pronto, sus dedos traviesos, en una especie de abrazo, se colocaron en el punto justo de mi clítoris.

Sentí un escalofrío delicioso que, con el movimiento de su sexo dentro de mi cuerpo, me provocó un orgasmo tan intenso, que un grito se me escapó sin importarme que se escuchara mi placer en todo el piso. Me agarró con más fuerza de la cintura y, casi de inmediato, inyectó en el condón un chorro exquisito de leche tibia.

—Venías ganoso —dije recostada, aún asimilando mi orgasmo.

—En la oficina tengo una compañera que me trae loco. Nos llevamos bien y me tira la onda —me contó.

—Me encanta, pero es casada, es la secretaria de mi jefe y no puedo arriesgarme a nada. Aun así, me dice cosas y me da unos arrimones calientahuevos que es insoportable. Hoy salí sabiendo que si no cogía, explotaba. Por eso te llamé —me explicó.

Me gusta la sinceridad y pues, gracias a la secre por ponérmelo tan cachondo.

Hasta el martes, Lulú Petite

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