RELATOS SEXUALES
"Un cachondo viaje en el tiempo, por los recuerdos más húmedos", por Lulú Petite
"Un cachondo viaje en el tiempo, por los recuerdos más húmedos", por Lulú Petite (Foto: Archivo, El Gráfico)
Querido diario: Anoche tuve un sueño raro dibujado por recuerdos. Fue como un viaje en el tiempo.
Me soñé en un tour por la época cuando trabajaba en una agencia que estaba en un penthouse de Polanco. Al principio atendíamos allí, pero luego comenzamos a ir a casa de los clientes. Me soñé en esos tiempos, como flashazos, de las cosas que hacía y veía.
Me soñé en una casa lujosa. Haciendo el amor con dos tipos al mismo tiempo. Uno me lo hacía de perrito, mientras devoraba el miembro del otro. El que me cogía lo hacía tan bien, que me sentía extraordinariamente excitada, apenas podía gemir con el sexo del otro taladrándome la garganta.
Soñé cómo veía a una chica. Ariadna. Con una máscara de látex tipo Gatúbela, llevaba sujeto a su cintura un arnés de cuero con un pito de goma balanceándose, listo para dar placer a un cliente que la esperaba emocionado.
Soñé que estábamos en el penthouse, con las tetas al aire y riendo a carcajadas con unos clientes. El jefe de todos contaba chistes y palmeaba la espalda de su hijo, que recién se había titulado como médico. Estaban celebrando. Al fondo, en un rincón, Julieta se besaba con un chico que venía con los clientes. Las cosas se pusieron cachondas entre ellos. Julieta le sacó el miembro y comenzó a masturbarlo sin dejar de besarlo.
De pronto, el tipo del rincón gimió y un chorro de semen voló para pegar justo en la mejilla del médico recién graduado. Las risas terminaron.
Soñé la vez que, a media madrugada, en una casona de Las Lomas, con la fiesta ya extinta, iba a la cocina y en la sala ví a una pareja. Era Sofi, completamente desnuda, comiéndose el sexo de Ximena, que se apretaba los pezones con los ojos cerrados. No dije nada, pero me masturbé mirándolas.
Soñé que despertaba y abría mi computadora para escribirte esto que, lo sé bien y lo sabes tú, no son sueños, son recuerdos.
Hasta el martes, Lulú Petite