“Bajo las últimas luces y sin tocarte, así te viniste a chorros”, por Lulú Petite

Querido diario: Las últimas luces del día iluminaban nuestras siluetas dejando las cosas en ese punto medio entre el misterio y el erotismo.

Sentí tus manos hurgar bajo mi vestido, apretar mis nalgas y jalarme bruscamente hacia ti, estrujándome contra tu cuerpo.

Al estrecharme, tu olor delicioso golpeó mi nariz, te respiré y sentí entre tus piernas crecer un palo delicioso. Puse mi mano encima y lo sentí ponerse duro.

Me tomaste del mentón y comiste de mis labios con un apetito descomunal. Bajé tu bragueta y metí la mano, tomé tu bulto, saqué tu miembro tibio, erecto, durísimo.

Bajaste la cremallera de mi vestido y con un chasquido desabrochaste mi sostén. Liberé mis pechos y comiste mis pezones con la misma hambre que hacía unos segundos devorabas mi boca.

Comencé a gemir cuando tus dedos alcanzaron mi vulva. Me subiste al tocador y separaste mis muslos bruscamente después de arrancarme los calzones.

Mi sexo quedó expuesto, abierto por completo. Estaba empapada. Me metiste dos dedos y comenzaste a explorar. Mientras los movías, me mirabas fijamente y estudiabas mis reacciones. Algo viste cuando sacaste tus manos de entre mis piernas y metiste tu cabeza. ¡Uf!

Me retorcía al ritmo de tu lengua. Mientras tus manos alcanzaban mis pezones, tu boca encontraba en mi clítoris los lugares precisos para hacerme estremecer.

De pronto, te levantaste mirándome fijamente, volviste a meter tus dedos anular y medio en mi sexo y al moverlos con una precisión tal que el placer era tremendo. Tu miembro estaba erecto, enorme. Sentí explotar un orgasmo muy intenso. Vi luz, sentí gloria, me vine riquísimo.

Cuando abrí los ojos, sin tocarte, tú eyaculabas a chorros. Una buena cantidad de leche espesa quedó repartida entre mi muslo y el piso.

Cuando nos duchamos, ya era de noche y estábamos completamente a oscuras.

Hasta el jueves, Lulú Petite

Sígueme en redes, búscame en: https://linktr.ee/lulupetite