RELATOS SEXUALES
“Tenía una urgencia, que lo hizo más cachondo”, por Lulú Petite
(Foto: Archivo, El Gráfico)
Querido diario: Era domingo y a Paco le urgía coger. Cuando digo que le urgía, es que para él ya era una cosa de emergencia. La abstinencia estaba a punto de dañarle los sesos.
Paco es viudo. Antes de la muerte de su esposa, tuvo que cuidarla en su enfermedad y hacerse cargo de la casa y de los hijos. Claro, además de trabajar. Nadie que financie una enfermedad costosa puede darse el lujo de quedarse sin chamba.
Su vida era casa y trabajo. Cuando su mujer murió; el duelo y cuidar de sus hijos siguió ocupándole toda su semana. No había tiempo libre.
Paco llevaba casi cuatro años sin coger y ya la castidad le estaba provocando sueños incómodos en los que cogía con conocidas y desconocidas. Esa noche soñó que haría el amor en la oficina, con su jefa, con quien además no se lleva bien. Despertó con una erección descomunal, pensando en ella. Llevó a los niños a casa de su exsuegra y me llamó.
Nos besamos. Acarició mi cuerpo como si estuviera redescubriendo cómo se sentía la piel de una mujer. Se arrodilló, levantó mi blusa y me besó el abdomen. Metió sus manos y tomó mis senos con firmeza hasta sacar los pezones del sostén, alzó más la blusa y los llevó a sus labios. Me lamió los pezones deliciosamente, endureciéndomelos mientras apretaba mis senos.
Nos metimos a la cama ya desnudos. Tenía una erección deliciosa. Tomé un condón, se lo puse y comencé a chupársela mientras él acariciaba mis nalgas y metía sus dedos traviesos para juguetear un poco con mi vulva.
Me trepé en él, metí su miembro en mi sexo y lo cabalgué duro. Cuando sentí su pene enorme llenar mi vagina, me moví con entusiasmo hasta que sentí cómo se vaciaba.
El condón estaba llenísimo. Paco sonreía. Podría ir el lunes a la oficina sin miedo de ver a su jefa con ojitos de deseo.
Hasta el jueves, Lulú Petite