RELATOS ERÓTICOS
“Una cálida mañana, esperando tu magia en mi cueva”, por Lulú Petite
“Una cálida mañana, esperando tu magia en mi cueva”, por Lulú Petite (Foto: Archivo, El Gráfico)
Querido diario: Amanecí con unas ganas brutales de coger. Estaba pensando si masturbarme con mis deditos o usar un dildo, cuando recibí un mensaje tuyo preguntando si podíamos vernos.
¡Caramba! Con las ganas que traía, habría deseado estar ya desnuda y en tu hotel. Te respondí y, al cabo de un par de mensajes, acordamos lugar y hora. Entré a ducharme con el deseo palpitándome entre las piernas.
Me lavé muy bien para llegar contigo oliendo delicioso, pero con cuidado de no estimular demasiado mi sexo. Estaba tan ganosa que temía no poder parar si mis dedos comenzaban a juguetear allí.
Me urgía un orgasmo, sí, pero lo prefería cogiendo. Estaba caliente y deseaba ser tocada, besada, gozada, penetrada.
Deseaba mirarte a los ojos, con tu miembro enorme, hinchado, en mis manos.
Masturbarte, lamértelo, chupar tu glande, sentir el tallo en mis manos endurecido, tibio, delicioso, golpearme la lengua con él, humedecerlo con mi saliva, ponerle un condón. Quería tocar mi vulva, sentirla empapada, abrir las piernas, clavarme en tu miembro, montarte, sentir tus manos apretar mis senos, tus dedos jugar con mis pezones, tus labios buscar los míos mientras yo te cabalgo, sintiendo dentro tu miembro enloqueciéndome los sentidos.
Quería sentir como me agarras las nalgas, las separas, me aprietas y tu sexo hinchado se clava en mí, fuerte, lujurioso, delicioso. Quería sentirte moviéndote, desesperado, oír mis gemidos. Quería sentir mis venas estremecerse y correr por ellas el placer de un orgasmo intenso, loco, desgarrador.
Salí de la bañera más caliente que cuando entré, sólo con ganas de vestirme aprisa, de correr a verte, de meterte una cogida formidable, pero es muy temprano, así que abrí la computadora y me puse a escribir este texto.
No sé quién seas, no te conozco, pero al rato, cuando te vea, te espera la mejor cogida de tu vida, voy muy, pero muy caliente.
Hasta el jueves, Lulú Petite