RELATOS ERÓTICOS
“Con este calor, disfruto más cuando te monto”, por Lulú Petite
(Foto: Archivo, El Gráfico)
Querido diario: Son días de calor insoportable. Con este sol que te pone a sudar todas las visagras, en lo último que piensas es en coger. Se antoja abrir unas chelas, poner el ventilador, comerte unas paletas o meterte a una alberca, pero no coger.
Eso pensaba, cuando recibí el mensaje de Javier. Un cliente que quería verme.
Llegué a su habitación veinte minutos después. Me metí a la ducha y sequé mi cuerpo sin prisa. Quería sentir mi piel mojada secarse al viento cálido de la habitación. Él también se duchó. En tiempos de calor, darte un regaderazo antes de coger es un acto de cortesía.
Me acosté desnuda a esperarlo. Cuando salió de la ducha y me vio tendida en su cama, abrió los ojos como platos y brincó a mi lado. Me abrazó y sus manos calientes comenzaron a explorarme. No dejaba de recorrer mi piel con sus labios. Sus besos me pusieron muy cachonda.
Javier no se precipita, es delicado y dulce, pero sabe ser de arrebatos apasionados. Estaba disfrutando, cuando comenzó a bajar por mi vientre hasta mi vulva, cruce mis piernas sobre su cuello aprisionando su lengua.
Me incorporé y me acomodé arriba de él, le puse el condón y fui introduciendo yo misma su falo grueso y palpitante. Como amazona, cabalgué al hombre. Sudamos en abundancia. El calor provocaba gruesas gotas que fueron bajando sobre mis pechos y espalda.
Javier empujó su cuerpo hacia arriba y dejo ir toda su fuerza inyectando su simiente en el colchón. Fue delicioso.
Antes de despedirnos, volvimos a ducharnos. En el elevador me llegó otro mensaje.
—Hola. ¿Estás disponible? Quiero una cita contigo.
—¡Claro! —respondí.
Nos vimos en el mismo motel. Pensé que con este calor no se antojaría coger, pero ya vi que no sólo sí se antoja, sino que se disfruta mucho.
Hasta el jueves, Lulú Petite