Mitos y realidades del sexo de reconciliación

Uno de los graves errores que se comenten en el sexo es creer que es el remedio para arreglar los problemas de pareja, nada más equivocado. Pero por desgracia miles de personas a diario usan el sexo como una forma de lograr la reconciliación, sin que eso implique que en realidad arreglaron el problema.

Si bien esta idea se generó bajo la frase de que “los problemas de pareja se resuelven en la cama”, la verdad es que en muchas ocasiones el sexo de reconciliación afecta más de lo que ayuda. Es común que algunas parejas después de una pelea tengan sexo pensando que si tiene buen sexo en ese momento las cosas se perdonaron y por ende la situación se arregló, nada más ingenuo y falso, pero las persona lo hacen porque cuando hay una pelea se genera un distanciamiento emocional que no es agradable; sin embargo, cuando hay sexo se da un acercamiento que hace sentir amada a la persona y en este caso aceptados y perdonados.

Pero la verdad es que lo problemas son ajustes que deben ser resueltos con diálogo y comunicación clara dentro de un marco de respeto y comprensión, si las cosas no quedan claras para ambos el problema persiste y pese a tener el mejor sexo del mundo ( que después de una pelea suele ser más intenso por la carga de sentimientos que se generan) cada uno asumirá que el otro aceptó lo queríamos cuando en realidad eso jamás pasó.

El sexo de reconciliación genera una descarga emocional que hace sentir a la persona liberada de sentimientos que se consideran negativos como el enojo, la frustración, la incomprensión, lo que lleva a que fisiológicamente al descargar estas emociones se perciba una sensación de bienestar, situación que las personas asumen que “al final todo está bien”, pero no es así.

Si la pareja armó una escena de celos, mientras no se hable del tema y se trabaje el problema éste seguirá presente, sin importar cuantas veces se tenga sexo gratificante, donde al final uno asume que la pareja ya no hará escenas y la otra parte asume que el otro dejará de hacer cosas que le provoquen celos.

De esta manera, solo se generan círculos viciosos que desgastan y confunden porque no vemos cambios reales. Entre los efectos negativos que puede generar el sexo por reconciliación, se encuentran:

1.- Por muy bueno que sea, nunca va a remplazar una disculpa, además de que el orgullo puede continuar al tener la relación sexual.

2.-Si el sexo no es placentero, puede empeorar la situación, ya que el enojo y vacío se acentúan.

3.- Puede convertirse en adicción y dañar tu calidad de vida, así como la de tu relación ya que acostumbra a la pareja a dejar de comunicar las cosas importantes y “cambiarlas” por sexo, pero no las resuelve.

4.- Aunque en el momento se siente placer y euforia, cuando éstas emociones se evaporan, la molestia de la discusión seguirá presente, pues el sexo no hace olvidar.

El sexo dentro del proceso de reconciliación solo es bueno y efectivo cuando va después de hablar, llegar a acuerdos y soluciones porque de alguna manera “sella” el pacto, es pues como darse la mano, pero de manera más intensa. En este caso se desarrolla una complicidad que implica en ambas personas que quedó algo ya claro y reglas establecidas con el fin de mejorar y por tanto el sexo más que liberar el enojo, expande la comprensión y el amor.