RELATOS ERÓTICOS

“Estuvo tan rico, que dejamos todo el cuarto oliendo a placer”, por Lulú Petite

“Estuvo tan rico, que dejamos todo el cuarto oliendo a placer”, por Lulú Petite

“Estuvo tan rico, que dejamos todo el cuarto oliendo a placer”, por Lulú Petite (Foto: Especial)

Sexo 24/01/2023 17:02 Lulú Petite Actualizada 17:02
 

Querido diario: Doblada, sobre el tocador, siento la tabla fría en mi vientre desnudo, tus manos en mi cintura, siendo penetrada duro.

Tu sexo me llena, entra y sale con furia, provocando placer a raudales. Como olas golpeando rocas en mar abierto, mi sexo se humedece y salpica en cada embestida. 

Levanto la mirada y te veo en el espejo. Me veo también a mí. Disfrutando. La fuerza con la que entras en mi cuerpo y agitas todos mis sensores. Mis gemidos, involuntarios, son como música sórdida en la habitación del motel. Nuestra guarida.

Te veo. Tus ojos están clavados en mis nalgas, miras cómo tu pene entra y sale de mi cuerpo, salpicando los charcos de mi deseo. En tus pupilas brilla el fuego de la lujuria, bajas tu mano a mis nalgas, las aprietas, las separas, respiras el olor a sexo y arrecias tus embates. 

Levantas la mirada y nuestras pupilas se encuentran. No paro de gemir al ritmo de tu sexo moviéndose en mis entrañas. ¡Carajo! Qué bien lo haces. 

Me tomas del cabello, te clavas más entre mis piernas sin dejar de moverte y de embestirme. Mis tetas rebotan en la madera fría del tocador, mis pezones endurecidos rozan la tabla y las sensaciones de placer y de lujuria se incrementan. Mis gemidos se convierten en aullidos. Estiras la mano, alcanzas mis tetas, aprietas una con furia, mientras metes tu sexo a fondo. 

Me tomas del cuello por la parte baja de la nuca, tus arremetidas se vuelven más duras, pero lentas. Me clavas contra el tocador, aprietas mi teta, te metes a fondo, sollozas. Inyectas en el condón toda tu leche. Te quedas dentro, inmóvil, besándome la espalda, acariciando mis nalgas. 

Te sales despacito, te quitas el condón, lleno de tu jugo. Le haces un nudo y lo tiras al cesto. La habitación huele a sexo. 

Te metes a duchar. Te miro de espaldas mientras tomo mi dinero del tocador y lo meto a mi bolso. A veces me gusta mi oficio. Hasta el jueves, Lulú Petite.

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