GUÍA DEL SEXO
Plumofobia, la homofobia entre la comunidad LGBTTTIQ+
(Foto: Unsplash)
No se trata de literalmente tener miedo a las plumas, sino de odio y aversión injustificada hacia las mujeres que se ven masculinas o a los hombres afeminados o hacia todas aquellas personas que no entran dentro de la expresión de género estrictamente dentro de la heteronormatividad que dice que las mujeres deben ser femeninas y los varones masculinos.
De tal forma, la plumofobia, es otra forma de practicar la discriminación y de hecho es una de sus formas más evidentes y lo peor es que no es exclusivo de personas heterosexuales, sino que la ejercen homosexuales, bisexuales o lesbianas haciendo discriminación dentro de la discriminación que de sí estos colectivos ya padecen..
Tiene su origen en la idea de que independientemente de la orientación sexual de la persona, si nació con genitales masculinos o femeninos deben cumplir con las características propias de ese género lo que además tiene una gran validación social producto del sistema patriarcal en que todavía vivimos.
De esta forma los hombres homosexuales que llegan a tener comportamientos poco rudos o expresiones de delicadeza son blanco fácil de burlas, mofas y humillaciones por parte de otros homosexuales que no están de acuerdo con que las personas tengan diversidad de expresiones.
Del mismo modo, las mujeres que son “poco femeninas” sin importar la orientación sexual que tengan son centro de insultos y burlas al respecto, más comúnmente por parte de hombres homosexuales, y lesbianas.
En otras palabras se acepta que una personas sea gay o lesbiana, lo que no se permite, lo que no se acepta es “que se note”; y lo peor del caso es que esta aversión es más común de lo que muchos piensan; de acuerdo Gay Times, un sito inglés para homosexuales, el 57 por ciento de los gays muy masculinos creen que los homosexuales afeminados otorgan mala reputación al colectivo homosexual masculino, de acuerdo a un estudio realizado por ellos mismos entre su comunidad de seguidores.
Otra de las cosa muy reveladoras fue que el 33 por ciento de los gay no afeminados habían sufrido menos eventos de homofobia en la escuela que los afeminados; asimismo, el 35 por ciento se identificaba más con la comunidad heterosexual que con la gay.
La plumofobia, pues afecta a toda persona que no cumpla con los mandatos de género por eso puede ejercerse también sobre heterosexuales, transexuales o bisexuales. El punto es que no hay lógica en este pensamiento y por lo tanto carece de congruencia, pues ser afeminado no significa que la persona es gay, ser una mujer ruda no significa ser lesbiana y ser hetersexual no garantiza que la persona cumpla con las características de genero que se le imponen.